El informe de la Fundación IDIS “Sanidad privada, aportando valor 2023”, recoge datos de actividad y gasto de 2020 y 2021, en los que se puede ver claramente el impacto que la pandemia de la Covid-19 ha tenido sobre el Sistema Nacional de Salud (SNS) y el papel de la sanidad privada para hacer frente a un reto de estas características. A pesar de ello, la sanidad privada siguió con su búsqueda constante de soluciones, teniendo en consideración tanto a pacientes, empleados, medioambiente, y, en general, la sociedad.
Por ello, el gasto sanitario en España históricamente ha representado aproximadamente el 9% del PIB, llegando a ascender hasta el 10,7% en 2020. Un continuo crecimiento que, un año más, se aproxima a la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), situándose a solo 0,1 puntos, en el caso de Alemania y Francia, que representa el 12,8% y el 12,2, respectivamente.
En el ámbito privado, la evolución del gasto ha ido en aumento desde 2009, alcanzando en el 2019 el valor máximo de 33.422 millones de euros, lo que supuso el 2,7% del PIB
En total, según los datos OCDE, el 26,67% corresponde al sector privado, mientras que el público representa un 73%. En el caso del primero, respecto al gasto total para la media de la OCDE, es del 21,8%, donde España sí toma protagonismo, situándose como uno de los países con más gasto en este sector, un 26,7%.
Precisamente, en el ámbito privado, la evolución del gasto ha ido en aumento desde 2009, alcanzando en el 2019 el valor máximo de 33.422 millones de euros, lo que supuso el 2,7% del PIB. En 2020, a pesar de disminuir el gasto, su peso en el PIB ha conseguido aumentar, hasta el 2,9%. La tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) para el gasto sanitario privado es del 2,54%, mientras que la tasa para el gasto sanitario público es de 1,92%.
En el caso público, el gasto sanitario en 2020 ha crecido de manera muy considerable, respecto al año anterior, hasta situarse en 88.063 millones de euros, lo que significa un 7,9% del PIB. En cuanto a su representación en el PIB, se sitúa en el 7,9%, cinco puntos por encima que el gasto privado.
Con el objetivo de conseguir el mayor potencial del sector, surge uno de los puntos más importantes, la colaboración público-privada, que alcanzó un gasto de 8.587 millones de euros. De estos, 545 millones de euros (76,22%) provienen de las comunidades autónomas, 1.485 millones de las mutualidades y 365 millones de la Seguridad Social, el valor que ha sufrido la mayor disminución respecto del año anterior, de 96,7 millones de euros. El conjunto del gasto sanitario privado y la colaboración privada-pública (conciertos) consigue ascender hasta los 40.727 millones, lo que se traduce en un 3,64% del PIB.
En el caso público, el gasto sanitario en 2020 ha crecido de manera muy considerable, respecto al año anterior, hasta situarse en 88.063 millones de euros, lo que significa un 7,9% del PIB
Los datos pertenecientes al 2021 provienen del Ministerio de Sanidad, que apunta que el gasto sanitario público ha marcado un nuevo máximo, alcanzando los 87.941 millones de euros, aunque respecto al PIB sí que ha disminuido ligeramente del 7,5% al 7,3%, aun así se mantiene por encima de todas las cifras registradas entre 2010 y 2019.
En referencia a la colaboración público-privada de este año, llegó a un valor de 9.227 millones de euros (10,2%), de los cuales el 80% se concentran en ‘Servicios hospitalarios’ (62%), que incluyen pruebas diagnósticas, terapias respiratorias, radioterapia, y ‘Servicios especializados’ (18%), como intervenciones quirúrgicas, cuidados de larga estancia, de salud mental, rehabilitación.
MINISTERIO Y OCDE
A la hora de comparar los datos proporcionados por el ministerio de Sanidad frente a los de la OCDE se observa una diferencia de 4.441 millones de euros, esto se debe a que cuentan con diferencias metodológicas a la hora de contabilizarlos.
En el caso del Ministerio, la EGSP, considera el gasto realizado o financiado por agentes sanitarios públicos, y su cálculo ha sido acordado por diferentes organizaciones regionales que integran el Sistema Nacional de Salud (SNS). Mientras que la OCDE utiliza el Sistema de Cuentas de Salud, al igual que otras entidades internacionales como Eurostat y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En cuanto a las diferencias entre ambas, la EGSP no incluye el gasto de las entidades públicas cuya actividad principal no es la sanitaria y que no desarrollan programas incluidos en la función de la sanidad de los Presupuestos Generales del Estado. Lo que se traduce en que no considera gasto sanitario realizado por entidades públicas en el marco de la atención sociosanitaria.