La multinacional catalana que cotiza en el IBEX 35, Grifols, ha experimentado un primer trimestre de 2023 convulso. Ya desde el comienzo del año las previsiones no eran buenas tras conocer la retirada de la presidencia de Víctor Grifols en plena crisis bursátil de la compañía. Un movimiento que dejó a Steven F. Mayer como presidente ejecutivo en un momento no muy favorable. Pese a ello, en un primer momento consiguieron aumentar su valor en bolsa en más de un 27%.
Una de las medidas que puso en marcha Mayer fue un plan de ahorro de costes que busca reducir aproximadamente 400 millones de euros anuales, lo que supone el despido de 2.000 empleados relacionados con su actividad más importante, el negocio industrial de plasma, y 300 personas pertenecientes a funciones corporativas, en total un 8% de su plantilla.
Ya desde el comienzo del año las previsiones no eran buenas tras conocer la retirada de la presidencia de Víctor Grifols en plena crisis bursátil de la compañía
En cuanto a los cambios que anunciaron desde la compañía catalana destacan la prioridad de optimizar los costes y las operaciones del plasma, con el objetivo de diseñar una operación de obtención más eficiente, innovadora y de alta calidad. Es decir, mantener o incluso aumentar el volumen de producción con menos inversión y con un menor número de centros.
Unos planes a futuro que se vieron totalmente afectados por un nuevo cambio en la cúpula directiva. Con apenas unos meses en el cargo, el recién ascendido a presidente ejecutivo Steven F. Mayer, anunció a finales del pasado mes de febrero que tenía que dimitir por motivos personales. Fue sustituido de urgencia por Thomas Glanzmann, consejero de Grifols desde hace 16 años y vicepresidente desde 2017. Una nueva sustitución que refleja el periodo de inestabilidad en el que se encuentra la compañía farmacéutica, y que además, provocó un batacazo en bolsa de más del 10% en el IBEX 35.
Y LLEGÓ LA CRISIS FINANCIERA
Una tendencia negativa para Grifols que continuaría con la presentación de los resultados financieros de la compañía en 2022, que les llevarían a volver a caer más de un 9% en bolsa por la desconfianza de los inversores ante tantos cambios, despidos y planes de ahorro. En definitiva, desde la llegada del nuevo presidente hasta la presentación de los resultados, la empresa disminuyó un 30% su valor en el IBEX 35, de 14,36 euros la acción a 10,06, un periodo que continuó extendiéndose las dos semanas posteriores, hasta el anuncio del colapso de Silicon Valley Bank y el incidente del banco suizo Credit Suise.
Entre las más afectadas se encuentra Grifols, que al estar en una espiral de malos resultados en los dos primeros meses del año, experimentó una caída de 16,40% en la primera semana tras el colapso
El anuncio de uno de los bancos más importantes de Estados Unidos, el viernes 10 de marzo, desestabilizó la economía global. Prueba de ello han sido los múltiples descensos en los índices bursátiles de todo el mundo, en el caso de España, el IBEX 35 ha sufrido altibajos durante estas semanas tanto por el caso del banco estadounidense como los posteriores desplomes de Credit Suise y Deutsche Bank.
Entre las empresas más afectadas se encuentra Grifols, que al estar en una espiral de malos resultados en los dos primeros meses del año, experimentó una caída de 16,40% en la primera semana tras el colapso, dejando el valor de la compañía en uno de los más bajos de las 35 empresas españolas, con 8,41 euros.