La industria farmacéutica es un sector clave y estratégico en la economía de muchos países, en el caso de España, por ejemplo, según datos de Contabilidad Nacional de 2019, este sector generó de manera directa el 0,6% del total de la economía española, lo que equivale a 6.846 millones de euros de valor añadido bruto (VAB).
En términos globales, la valoración del mercado mundial de fabricación farmacéutica se situó en 785,8 billones de dólares (728.621 mil millones de euros) en 2022, y según indica el informe de Astute Analytica, se prevé un crecimiento sustancial que alcanzará los 2.103 billones de dólares (1.949 mil millones de euros) en 2031, lo que conlleva un crecimiento anual del 11,56% durante estos ocho años.
El informe indica que en estos últimos años el mercado mundial de fabricación de productos farmacéuticos ha experimentado un notable aumento en ingresos, influenciado por la entrada del sector en una “fase rápida de transformación” a medida que el enfoque de los métodos de administración de tratamientos sufre un cambio significativo ante la cronicidad, el envejecimiento de la población y el descubrimiento de medicamentos innovadores.
Las farmacéuticas han hecho de estas enfermedades un área importante de inversión en la investigación y desarrollo (I+D), ayudando así a mejorar los resultados de los pacientes y contribuyendo a su vez al crecimiento de la industria
Enfermedades como los trastornos cardiovasculares, la diabetes, las afecciones respiratorias y el cáncer se han convertido en los principales contribuyentes a la alarmante estadística del 71% del total de muertes mundiales anualmente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La creciente prevalencia de estas ha desencadenado una demanda importante de medicamentos para controlar y tratar estas afecciones, por ello, los fabricantes de fármacos han respondido produciendo una amplia gama de productos que satisfagan las necesidades de los pacientes en todo el mundo.
En este panorama, las compañías farmacéuticas también han hecho de estas enfermedades un área importante de inversión en la investigación y desarrollo (I+D), ayudando así a mejorar los resultados de los pacientes y contribuyendo a su vez al crecimiento de la industria. En los últimos cinco años, se ha registrado un aumento en el número de nuevos lanzamientos en los campos de la oncología, la neurología y las enfermedades infecciosas. Del total de 330 lanzamientos, 197 (60%) estuvieron relacionados con estas tres áreas, frente a 110 (49%) de 221 lanzamientos entre 2012 y 2016.
TENDENCIAS QUE DAN FORMA A UN FUTURO NO TAN LEJANO
El informe de Astute Analytica explica que junto con el crecimiento del sector aparecen una serie de tendencias que dan forma a lo que será la industria en los próximos años y hacia donde se dirigirá la inversión. En primer lugar recogen uno de las tecnologías más llamativas en la actualidad, la inteligencia artificial (IA), que ya es clave en el desarrollo de medicamentos y que de cara al día de mañana, tras perfeccionar la técnica, tiene el potencial de revolucionar la industria al mejorar la eficiencia, reducir los costes y, en definitiva, acelerar el proceso de desarrollo de fármacos.
Otro de los puntos en los que hacen especial hincapié en el informe es el peso de la industria biofarmacéutica y sus posibles avances. Estos productos ya están ganando una importancia significativa en el mercado que parece marcar una tendencia a futuro, terapias avanzadas que ofrecen tratamientos específicos para diversas enfermedades, y de nuevo, generan tanto beneficios clínicos como económicos.
PAPEL DE ESTADOS UNIDOS
Dentro del esperado crecimiento de la industria farmacéutica resalta por encima de todos los países Estados Unidos, que ya en 2022, por sí sola contribuyó a más del 45% de los ingresos de este mercado a nivel global. Además, la tasa de crecimiento anual proyectada en el informe se sitúa en el 11,24%, casi al mismo nivel que el porcentaje global.
Estados Unidos cuenta con el gasto en medicamentos per cápita más alto del mundo, con una contribución significativa del 46%, una cifra incomparable que refuerza aún más su posición de liderazgo
Entre los factores que explican esta supremacía estadounidense se encuentra la abundancia de asociaciones estratégicas, que fomentan tanto la colaboración como la innovación para impulsar continuamente su colaboración a la industria farmacéutica. Además, Estados Unidos cuenta con el gasto en medicamentos per cápita más alto del mundo, con una contribución significativa del 46%, una cifra incomparable que refuerza aún más su posición de liderazgo.
La superioridad del país norteamericano va más allá del consumo, ya que también brilla en términos de innovación. Prueba de ello, una gran mayoría de las compañías farmacéuticas que cuentan con tecnologías de vanguardia y un compromiso claro con la mejora constante de sus productos, cuenta con su sede principal en Estados Unidos. Ampliando así la participación del mercado en el país y consolidando su posición como potencia en la industria.