Cuando se trata de la salud y el bienestar de las mujeres, la sociedad atraviesa un momento crítico. La pandemia de la COVID-19 ha provocado un retroceso devastador en la salud de las mujeres y, ante una falta de inversión, no se podrán recuperar las pérdidas causadas por la crisis sanitaria y recuperar el progreso en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).
Esta realidad ha sido expuesta en el último Foro Económico Mundial celebrado hace unos días en Davos (Suiza). La sesión ha reunido a líderes globales de todos los sectores para debatir acerca de los importantes beneficios económicos que supone el hecho de invertir en las mujeres, creando un mundo más saludable y equitativo para todos.
Por cada dólar gastado en procesos para mejorar el acceso a los servicios de planificación familiar, la sociedad obtiene 120 dólares en beneficios económicos y de salud
Los datos presentados han sido nítidos: una inversión estimada de 300 millones de dólares en investigación centrada en las mujeres podría generar un retorno económico de 13.000 millones de dólares y conducir a costes de atención médica reducidos, una mejor calidad de vida y años de productividad devueltos a la fuerza laboral global.
En paralelo, por cada dólar gastado en procesos para mejorar el acceso a los servicios de planificación familiar, la sociedad obtiene 120 dólares en beneficios económicos y de salud. Asimismo, las tasas más altas de mortalidad y morbilidad materna tienen efectos negativos significativos en el Producto Interior Bruto (PIB), tanto a través de los costes médicos como de los costes no médicos, como el tiempo de trabajo perdido.
Si todas las mujeres de los países de ingresos bajos y medianos tuvieran acceso a productos anticonceptivos, los embarazos no deseados se reducirían en un 68 % a nivel mundial
Un dato muy significativo aportado en el seno de la reunión es que, si todas las mujeres de los países de ingresos bajos y medianos tuvieran acceso a productos anticonceptivos, los embarazos no deseados se reducirían en un 68 % a nivel mundial.
NECESIDADES SIN PRIORIZAR
Durante demasiado tiempo, la salud de las mujeres ha significado, en exclusiva, salud reproductiva, mientras que sus necesidades de salud no han sido priorizadas. Todo ello ha derivado en una dejadez que ha afectado, y persiste, de manera desproporcionada a las mujeres.
Solo el 4% de todo el gasto en I+D biofarmacéutico se destina a enfermedades específicas de la mujer. Del total de 37 medicamentos recetados aprobados por la FDA en 2022, solo dos fueron para afecciones de salud específicas de la mujer. No en vano, esta tendencia de aprobaciones asombrosamente bajas para tratamientos específicos para mujeres es una tendencia que vemos año tras año.