La industria farmacéutica española tiene un papel muy relevante en el panorama económico nacional, ya que se trata de un motor fundamental de crecimiento y desarrollo del país. Prueba de ello, según datos del Instituto Nacional de Estadística, es que en 2023 ascendió hasta el 3% su contribución al Producto Interior Bruto (PIB) de España, una cifra que parece que continuará creciendo por el envejecimiento de la población, el aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas y la constante innovación en un sector como este.
Esta tendencia positiva de la industria no es algo nuevo, un informe del Barcelona School of Management apunta que la productividad del sector farmacéutico ha experimentado un crecimiento notable en comparación con la industria en general y el conjunto de la economía. Entre 2001 y 2019, la productividad del sector farmacéutico aumentó un 73,7%, mientras que para la industria y la economía en su conjunto, alcanzaron un 49,5% y un 17,6%, respectivamente.
La productividad del sector farmacéutico ha experimentado un crecimiento notable en comparación con la industria en general y el conjunto de la economía
Además, el informe señala que el sector ha tenido un papel relevante en el proceso de internacionalización de la economía española, tanto en términos de exportación como de importación. Lo que se traduce en que la industria farmacéutica no solo contribuye al PIB nacional, sino que también tiene un impacto en la economía global del país.
Sin embargo, no todo son datos positivos, Pere Ibern, investigador principal del Centro de Investigación en Economía y Salud (CRES) de la Universidad Pompeu Fabra, explica en una entrevista para Salud35 que “actualmente el 85% del mercado de España son importaciones”, lo que conlleva un saldo exterior negativo, es decir, que el valor de los productos farmacéuticos importados es superior al valor de los productos farmacéuticos exportados. En términos prácticos, esta situación puede tener implicaciones en la balanza comercial y en la dependencia del país de productos extranjeros en este sector.
Para poder comprender el momento en el que se encuentra la industria farmacéutica en España a nivel económico, Ibern explica que no solo es necesario observar su contribución al PIB, ya que la creación de empleo, el gasto farmacéutico en el presupuesto del SNS y la inversión representan perfectamente su lugar en estos últimos años. En el primer caso, un estudio elaborado por Randstad apunta que entre 2019 y 2023, el empleo en este sector a nivel nacional creció un 24%, lo que conlleva la creación de más de 15.000 nuevos puestos en cuatro años.
“Es fundamental que se apueste por la innovación y el desarrollo de nuevos productos con un alto valor añadido”
Por parte del gasto, el investigador principal del CRES destaca que el gasto en recetas actual es de 13.545 millones de euros que representan un 14,7% del gasto total, aunque si se le añade el gasto hospitalario, que se sitúa en los 9.577 millones de euros, asciende hasta el 25% del gasto sanitario público. Resultados muy positivos que, según apunta el experto, "pueden impulsar el desarrollo de la industria, conducir a un acceso más amplio a medicamentos innovadores y un aumento en la inversión en investigación y desarrollo (I+D)".
Precisamente Ibern señala la inversión en I+Dcomo clave para el desarrollo futuro, ya que a pesar de encontrarse en una buena posición, el investigador del CRES apunta que para que la industria farmacéutica española se convierta en un referente a nivel internacional “es fundamental que se apueste por la innovación y el desarrollo de nuevos productos con un alto valor añadido”.