Grifols ha cerrado este jueves con una caída en bolsa de casi el 13%. Un nuevo varapalo para la farmacéutica catalana tras anunciar Moody's Investors Service la rebaja de su calificación crediticia. La agencia ajustó el rating de Grifols de B2 a B3, que representa un nivel inferior con una calidad crediticia más débil y un riesgo crediticio mayor, lo que repercute directamente en la confianza de los inversores.
Según recoge Moody's, la reducción de la calificación refleja el aún el elevado apalancamiento de Grifols, incluso considerando la reducción de deuda esperada por su reciente venta de activos, y una recuperación del flujo de caja libre más lenta de lo esperado”. Todo ello resultará en “métricas crediticias que estarán más en línea con una calificación de ‘B3′ en los próximos 12 a 18 meses”, según recoge 'Cinco Días'.
A los problemas con la deuda, pese a la venta del 20% de su participación en Shanghai Raas, se suman los retos en la gobernanza. "La limitada previsibilidad del desempeño financiero y la gestión de riesgos de la compañía, con un historial de desempeño deficiente, su estructura organizacional compleja y opaca y sus transacciones con partes relacionadas, así como la rotación de la gerencia”, señala Moody's. Ante los resultados de calificación, Grifols ha amanecido este jueves en caída en bolsa que se ha mantenido en a lo largo del día, hasta un 13% del valor de sus acciones.
El impacto de esta rebaja radica en que los inversores interpretan un mayor riesgo crediticio para Grifols
Al cierre del primer trimestre, la deuda financiera neta de Grifols, según los términos del acuerdo de crédito con las entidades financieras, ascendía a 9.811 millones de euros, excluyendo un impacto adicional de 1.137 millones de euros relacionados con obligaciones financieras de arrendamiento. Uno de los objetivos clave de Grifols para 2024 es reducir su ratio de apalancamiento de 6,3 veces el EBITDA a 4,5 veces antes de fin de año, según los términos del acuerdo de crédito.
Moody’s espera que la compañía use la venta de Shanghai Rass “para reducir su deuda senior garantizada existente de forma prorrateada, incluido el reembolso de unos 520 millones de euros de sus 838 millones de euros pendientes en notas senior garantizadas con vencimiento en febrero de 2025″.
Con todo, la compañía se encuentra en una situación difícil. Moody's considera que la liquidez de la farmacéutica todavía "es frágil", y solo es adecuada para los próximos 12 meses. Más allá, "el mantenimiento de una liquidez adecuada dependerá de que Grifols regrese a una generación positiva de FCF [free cash flow, por sus siglas en inglés, flujo de caja libre], que no ha aún materializado”.
La agencia matiza, sin embargo, que la calificación de Grifols podría mejorar teniendo en cuenta su posición favorable en el mercado y la integración vertical de la compañía en productos derivados del plasma sanguíneo humano, la lealtad de los clientes y la intensidad de capital, y su buen historial de seguridad del producto, entre otros factores que favorecen su situación en momentos de incertidumbre.