La aparición de la Covid-19 supuso un antes y después en casi todos los ámbitos de la vida, aunque es evidente que en el apartado sanitario incluso más. Ejemplo de ello es la industria farmacéutica, que destinó casi todos sus recursos a descubrir en un inicio la vacuna contra este virus y posteriormente a fabricarla. En este proceso, los costes en el desarrollo de otros medicamentosse redujeron y los precios aumentaron, una situación que ha llegado a su fin y con ello, el aumento de costes para desarrollar un fármaco. Un nuevo informe de la consultoría Deloitte examina el estado actual de los rendimientos de I+D mediante el análisis de la inversión de las 20 farmacéuticas más grandes del mundo.
En términos económicos, actualmente el coste de llevar un candidato a ser finalmente un fármaco, desde la etapa del descubrimiento hasta el lanzamiento al mercado, asciende a los 2.284 millones de dólares (2.154.566.656 euros), lo que supone un aumento de casi 300 millones de dólares (281.030.432 euros) en comparación al año 2021, aunque todavía no consigue alcanzar el precio de los años anteriores a la pandemia. En 2022, solo una de las empresas que analizaron en el informe logró ventas máximas pronosticadas a mil millones de dólares (936.592.704 euros), y solo cinco mejoraron sus ventas máximas proyectadas por activo en comparación con 2021.
Desde la etapa del descubrimiento hasta el lanzamiento al mercado, el coste asciende a los 2.284 millones de dólares, lo que supone un aumento de casi 300 millones de dólares en comparación al año 2021
La lógica si los costes aumentan es que las previsiones se vean totalmente afectadas negativamente. En esta ocasión se puede observar que la situación actual de inflación global ha empujado a que la previsión de ingresos disminuyera, en 2022, se proyectó que las ventas máximas promedio por activo serían de 389 millones de dólares (364.402.816 euros) por año, cayendo de 500 millones de dólares (468.296.352 euros) en 2021 y más cerca de la tasa de retorno de inversión (ROI, por sus siglas en inglés) de 398 millones de dólares (372.763.872 euros) de 2020, esta tasa se trata de un indicador que mide la rentabilidad de una inversión.
“Las inversiones en investigación y desarrollo continúan impulsando la innovación y dando forma al futuro de la salud. Sin embargo, el análisis de este año demuestra que, a pesar de los impresionantes ejemplos de productos innovadores, el cambio radical en la mejora de la productividad observado en 2021 no ha continuado”, indican en el informe.
Kevin Dondarski, líder de estrategia de I+D en ciencias de la vida y socio de Deloitte Consulting, apunta que esta situación se debe en gran parte a la aprobación y comercialización exitosa de múltiples medicamentos y productos innovadores.
El análisis demuestra que a pesar de los impresionantes ejemplos de productos innovadores, el cambio radical en la mejora de la productividad observado en 2021 no ha continuado
El ROI en el I+D farmacéutico cayó un 1,2% en 2022, marcando así la cifra más baja informado en los 13 años de la consultoría. Una caída que fue especialmente notable después del crecimiento histórico impulsado por la pandemia a un ROI del 6,8 % en 2021. La consultoría apunta que el descenso del año pasado probablemente se debió a las aprobaciones de fármacosy medicamentos de alto valor previsto, en particular vacunas y tratamientos para la Covid-19 y una brecha en los activos de última etapa para reemplazarlos.
En definitiva, la pandemia provocó un importante repunte en la tasa interna de retorno de la inversiónen innovación gracias a la aprobación de uso de emergencia de varios tratamientos y vacunas desarrollados, fabricados y aprobados en un tiempo récord. Sin embargo, con el paso de los años, estos se han ido trasladando a carteras comercializadas y la ROI ha vuelto a descender a los niveles previos a la pandemia, no tan positivos para las farmacéuticas.