La compañía multinacional estadounidense dedicada a la fabricación y distribución de tecnología médica, GE HealthCare no ha conseguido alcanzar sus objetivos de ingresos para el primer trimestre después de que las ventas en China hayan caído un 11% en comparación con el año pasado. En términos generales, los ingresos disminuyeron un 1% hasta los 4.600 millones de dólares (4.266 millones de euros) y siguen manteniendo las previsiones en las que apuntan a un aumento del 4% en las ventas durante 2024.
"El primer trimestre se vio afectado fundamentalmente por dos temas. Uno fue algunos retrasos en el cumplimiento de la atención al paciente y el otro se centra en China, ya que sabemos que la lucha contra la corrupción presenta un entorno desafiante y esperamos que eso también se desarrolle hasta mediados de año”, señaló el director ejecutivo de la compañía Peter Arduini en referencia a la campaña nacional del gobierno contra la corrupción en el sector de la salud que ha ralentizado las compras por volumen de medicamentos y dispositivos médicos en todo el país.
GE HealthCare no ha conseguido alcanzar sus objetivos de ingresos para el primer trimestre después de que las ventas en China hayan caído un 11% en comparación con el año pasado
Un panorama totalmente diferente al registrado en 2023, cuando sus ventas en país asiático aumentaron un 18 %, impulsado principalmente por los esfuerzos del gobierno, alcanzando así los 672 millones de dólares (623 millones de euros) en ingresos, 75 millones de dólares (69,5 millones de euros) más que este año. Aunque no todo son resultados negativos, ya que GE HealthCare contabilizó un aumento del 20% en su gasto de I+D con el objetivo de impulsor de futuras oportunidades de expansión de ingresos.
Por divisiones, la de imagen se mantuvo estable en los 2.500 millones de dólares (2.318 millones de euros), mientras que los dispositivos de ultrasonido y atención al paciente cayeron un 4% cada una, incluidos los 33 millones de dólares (30,6 millones de euros) en sondas de escaneo portátiles, y los 34 millones de dólares (31,5 millones de euros) en sistemas de monitorización de pacientes y administración de anestesia.