En la industria farmacéutica es común observar cada cierto tiempo que una empresa se ha declarado en quiebra o bancarrota, esta se trata de una situación en la que es imposible realizar el pago de las deudas existentes. En muchas ocasiones, se puede llegar a confundir con la insolvencia, sin embargo, la quiebra hace referencia al cierre de todas las actividades que se llevaban a cabo hasta el cese, esto implica que sus bienes deben ser empleados para saldar la deuda con sus acreedores.
A pesar de que se trata de una situación límite que, generalmente, conlleva una connotación negativa, existen casos en los que se convierte en una obligación para comenzar a sanar las cuentas y tratar de evitar el cierre definitivo del negocio.
Esto se debe a que las compañías que se declaran en quiebra reciben ciertas ventajas que pueden ayudar a posponer los cobros, entre ellas se encuentra la protección contra los acreedores, es decir, que estos no pueden perseguir a la empresa para recuperar su dinero, permitiendo que la compañía pueda tomarse un respiro y reorganizarse sin la presión de terceros.
La quiebra hace referencia al cierre de todas las actividades que se llevaban a cabo hasta el cese, esto implica que sus bienes deben ser empleados para saldar la deuda con sus acreedores
Por otro lado, la bancarrota implica una suspensión automática de las demandas que haya recibido la empresa, posibilitando, de nuevo, conseguir un mayor tiempo para no perder todo su negocio. Esto provoca que empresas como, por ejemplo, las farmacéuticas implicadas en la crisis de los opioides, que han recibido miles y miles de demandas, se declaren en bancarrota ante un panorama tan preocupante.
La última en hacerlo hasta el momento ha sido la cadena de farmacias estadounidense Rite Aid, cerrando todas sus tiendas y advirtiendo que venderá toda su compañía Elixir para resolver las demandas recibidas por la venta de opioides. Por parte del Gobierno de EE.UU. ha acusado directamente a la cadena por ignorar las señales de alerta que recibieron a la hora de administrar recetas ilegales de estos fármacos, por las que han alcanzado más de 1.600 demandas de gobiernos estatales, locales, hospitales e individuos.
Tras negar en numerosas ocasiones su implicación con la terrible crisis que se vive en los Estados Unidos, Rite Aid ha explicado que esperan llegar a un acuerdo equitativo por la situación de quiebra en la que se encuentran. Esta cantidad parece que rondará los 50.000 millones de dólares (47.000 millones de euros).
MALLINCKRODT Y ENDO INTERNATIONAL
Además de Rite Aid, se han contabilizado otras dos bancarrotas relacionadas con la crisis de los opioides en estos últimos meses; Endo International y Mallinckrodt. La primera de ellas, a mediados de agosto, tras llegar a un acuerdo de 6.000 millones de dólares (5.674 millones de euros) con algunos de sus acreedores.
"Al abordar definitivamente la deuda que ha cargado nuestro balance y establecer un camino hacia el cierre con respecto a las miles de demandas relacionadas con la crisis de los opioides, creo podremos para seguir adelante..." señaló en un comunicado el director ejecutivo de la Endo, Blaise Coleman, mostrando que tras la quiebra puede existir todavía una cierta esperanza.
Mallinckrodt acordó pagar 1.700 millones de dólares para resolver unas 3.000 demandas que alegaban la utilización de tácticas de marketing engañosas, la nueva quiebra, reduce esta cifra hasta los 700 millones de dólares
En este caso, la compañía también llegó a un acuerdo con los fiscales generales de los Estados Unidos para proporcionar 465 millones de dólares (439 millones de euros) a los estados de EE.UU., 119.700 millones de dólares (113.100 millones de euros) a las personas afectadas por la adicción a los opioides y 11.500 millones de dólares (10.875 millones de euros) a un fideicomiso para futuros demandantes de opioides, según los documentos judiciales.
Por parte de Mallinckrodt, la semana pasada obtuvieron una aprobación judicial, que conllevó el recorte de 1.000 millones de dólares (945 millones de euros) de lo que deben pagar a las víctimas de la crisis. Una medida que sorprende ya que, no hace mucho consiguió un acuerdo de bancarrota que resolvió las amenazas de litigio y redujo 1.500 millones de dólares (1.418 millones de euros) en deuda.
En términos generales, como parte de su quiebra anterior, Mallinckrodt acordó pagar 1.700 millones de dólares (1.607 millones de euros) para resolver unas 3.000 demandas que alegaban la utilización de tácticas de marketing engañosas para impulsar las ventas de opioides. En cuanto a la nueva quiebra, reduce esta cifra hasta los 700 millones de dólares (661 millones de euros).