La farmacéutica española Rovi ha cerrado el primer trimestre de 2025 con una caída acumulada del 18,84% en el valor de sus acciones, tras una serie de correcciones que borraron por completo los avances obtenidos en las primeras semanas del año. En apenas tres meses, el precio de sus títulos ha descendido desde los 65,550 euros del 2 de enero hasta los 53,200 euros al cierre del 31 de marzo, consolidando una de las peores actuaciones trimestrales entre las compañías cotizadas del sector farmacéutico en España.
Enero se presentó como un mes positivo para la cotización de Rovi, en línea con el tono general del mercado y el inicio optimista del ejercicio. Sin embargo, el mes de febrero alteró por completo esta dinámica. Con una caída mensual del 18,84%, el segundo mes del año se convirtió en el gran punto de inflexión negativo del trimestre. El 7 de febrero fue la jornada más crítica, con un desplome del 16,29% en una sola sesión y un volumen de negociación que superó los 800.000 títulos. Esta caída se produjo justo después de que Rovi avanzara sus previsiones a largo plazo en el marco de una estrategia centrada en duplicar sus ingresos de cara al año 2030. Pese a que en los días siguientes el valor intentó estabilizarse, con ligeros rebotes puntuales, no consiguió recuperar el terreno perdido, y cerró el mes en 53,200 euros.
Rovi ha cerrado el primer trimestre de 2025 con una caída acumulada del 18,84%
Durante el mes de marzo, la cotización de Rovi apenas mostró capacidad de reacción. El valor retrocedió otro 3,20%, lastrado por la falta de catalizadores positivos y la continuidad del clima de incertidumbre generado en febrero. A pesar de algunas subidas esporádicas, como el avance del 27 de marzo (+2,06%) o el del 21 de marzo (+1,05%), la cotización no consiguió recuperar el umbral psicológico de los 55 euros. El 31 de marzo, el valor cerró en 51,500 euros, marcando uno de sus niveles más bajos del año.
En conjunto, el valor de Rovi se ha movido durante el primer trimestre en un rango que ha oscilado entre los 50,45 euros (mínimo intradía del 31 de marzo) y los 66,55 euros (máximo del 2 de enero). El precio medio del periodo se situó en 58,42 euros, reflejo de la fuerte volatilidad que ha acompañado a la acción. Durante el trimestre se negociaron en total más de 6 millones de acciones, con febrero y marzo como los meses de mayor volumen bursátil.
Más allá de las cifras, la evolución de Rovi en bolsa se explica por una combinación de factores estratégicos y de percepción inversora que han deteriorado significativamente su imagen ante el mercado. El principal desencadenante fue el Capital Markets Day celebrado el 26 de marzo, en el que la compañía presentó su hoja de ruta hasta 2030. Aunque Rovi comunicó su objetivo de duplicar ingresos en ese periodo, el plan no fue bien recibido por los analistas e inversores, al considerarse excesivamente ambicioso y sin suficiente detalle sobre las palancas de crecimiento a corto y medio plazo .
A esta percepción se sumó la decisión de la empresa de descartar la venta de su divisiónCDMO (fabricación para terceros), una operación que había generado expectativas en el mercado por su potencial para generar liquidez y desbloquear valor inmediato. En lugar de ello, la compañía optó por mantener la unidad dentro de su estructura, una estrategia que fue interpretada con escepticismo por parte de algunos inversores institucionales .
Desde el punto de vista de la narrativa financiera, la falta de novedades tangibles en el corto plazo jugó también en contra. En esste sentido, el mercado penalizó que el discurso de Rovi se centrara en horizontes tan lejanos como 2030, sin presentar resultados o avances concretos en áreas clave de su negocio. En un contexto en el que los inversores valoran cada vez más la capacidad de ejecución inmediata, las promesas a largo plazo no fueron suficientes para sostener la cotización .
Rovi ha mantenido una tendencia bajista durante el trimestre, sin lograr revertir la desconfianza generada
Con este balance trimestral, Rovi inicia el segundo trimestre con el gran reto de recuperar la confianza del mercado. El foco estará en su capacidad para generar noticias relevantes, demostrar tracción comercial en sus líneas de negocio estratégicas y consolidar hitos que aporten credibilidad a su plan de crecimiento. Sin movimientos corporativos claros ni avances regulatorios de peso, la acción podría seguir bajo presión en el corto plazo.
En este contexto, los próximos meses serán decisivos para que la compañía reequilibre su relato inversor y recupere el respaldo de los mercados, no solo con proyecciones, sino con resultados concretos.