Existen todavía muchas preguntas y puntos por resolver en torno a Grifols y las acusaciones de Gotham. Lo que sí es una realidad es que el valor de las acciones de la firma catalana durante los últimos meses se asemeja a una montaña rusa, debido a la volatilidad demostrada desde la primera ofensiva del fondo bajista a principios de año.
Ante la desconfianza del mercado por esta situación, el nuevo consejero delegado, Nacho Abia, que tomará posesión de su cargo a partir del 1 de abril, compró un total de 92.807 acciones de la farmacéutica por cerca de 688.000 dólares (630.000 euros) el día anterior al visto bueno de KPMG a sus cuentas anuales de 2023, según los registros oficiales de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Esta fuerte apuesta de la compañía por sus propias acciones, en uno de los peores momentos de su historia, no se queda ahí, ya que Thomas Glanzmann, actual presidente ejecutivo y consejero delegado de Grifols, se gastó 352.560 euros en 52.000 acciones de la compañía que presidirá hasta 2025. Por su parte, el consejero ejecutivo Raimon Grifols Roura adquirió 30.000 acciones por un precio unitario de 6,55 euros por título, lo que supone un montante total de 196.500 euros de inversión en Grifols, y el consejero Tomás Dagá compró 100.000 acciones, a un precio unitario de 6,6 euros, elevando la adquisición a 660.000 euros.
Nacho Abia, que tomará posesión de su cargo a partir del 1 de abril, compró un total de 92.807 acciones de la farmacéutica por cerca de 630.000 euros, el día anterior al visto bueno de KPMG a sus cuentas anuales de 2023
Por lo tanto, Nacho Abia y otros directivos de Grifols compraron acciones de su propia empresa después de que la compañía presentara sus resultados sin auditar, pero antes de que KPMG anunciara oficialmente que las cuentas de la empresa habían sido auditadas por ellos.
Con este panorama, y tras un aumento en el valor de las acciones desde el 7 de marzo, momento en el que Abia compró las acciones, los directivos podrían tomar la decisión de venderlas a un precio más alto y obtener un beneficio. Sin embargo, esto depende tanto de las reglas de la empresa y las regulaciones del mercado sobre cuándo y cómo los altos ejecutivos pueden comprar o vender, como del objetivo de los altos cargos de Grifols, que pueden optar por mantener las acciones a largo plazo, y así, mostrar confianza en la compañía.
En términos bursátiles, Grifols registró un aumento del 19,70% el viernes 8 de marzo, día del anuncio de KPMG, seguido de un discreto +2,22% de este lunes. Una tendencia positiva que parece de nuevo llegar a su fin, ya que a mediodía de este martes están cayendo más de un 4%, hasta los 8,13 euros la acción.