La compañía de hemoderivados Grifols ha amanecido como la gran protagonista del IBEX 35 y no precisamente por una buena noticia. Las acciones de la firma catalana han caído más del 5,5% a mediodía, hasta los 8,18 euros, una tendencia negativa que parece que no se frenará a lo largo del día.
Este nuevo varapalo para Grifols, que se une a una amplia lista que comenzó desde inicios de este año, llega tras el anuncio del despacho de abogados de Los Ángeles, The Schall Law Firm, del inicio de una demanda colectiva contra la empresa catalana amparándose precisamente en las acusaciones de Gotham City sobre sus cuentas.
Las acciones de la firma catalana han caído más del 5,5% a mediodía, hasta los 8,18 euros, una tendencia negativa que parece que no se frenará a lo largo del día
Según explica el propio despacho de abogado estadounidense la investigación se centra en si la compañía emitió información falsa y declaraciones engañosas, además de no revelar toda la información pertinente a los inversores. De esta manera se convierte en la primera demanda que podría formalizarse que está relacionada con las acusaciones de Gotham en torno a la manipulación de la deuda y el ebitda.
Desde aquellos informes de Gotham, Grifols ha tenido que responder ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que aseguraban que habían encontrado "deficiencias relevantes" en las cuentas, concretamente en el detalle y exactitud de los desgloses y notas explicativas. De esta manera, consiguieron descubrir que la deuda de Grifols era de 1.111 millones de euros más, una muestra clara del descontrol de la compañía.
Además, este nuevo desplome en Bolsa llega en un momento muy importante para la compañía, ya que recientemente la familia Grifols, junto con el fondo canadiense Brookfield, habían anunciado la oferta pública de adquisición (OPA). Aunque esta se encontraba paralizada porque deben recibir el apoyo de, al menos, el 75% del accionariado, lo que se traduce en un 45%, ya que la familia fundadora ya dispone de un 30% actualmente. Sin embargo, surge un gran obstáculo, la deuda que mantiene la compañía alemana con la banca acreedora.