El equipo de Cardiología del Hospital Quirónsalud Barcelona ha logrado realizar con éxito a un paciente una ablación septal percutánea. La operación consiste en provocar un infarto de forma controlada para reducir el grosor del músculo que provoca la obstrucción mediante una cirugía mínimamente invasiva. Una intervención indicada para aquellos pacientes que padecen una hipertrofia septal obstructiva y no responden adecuadamente a los tratamientos médicos. Se trata de la primera que se realiza una intervención de este tipo fuera de la sanidad pública.
Este paciente sufría episodios de ahogos o disneas que le imposibilitaba en el último año, ya no solo practicar deporte o llevar su actividad profesional con normalidad, sino pequeños esfuerzo como ir a buscar el coche.
Se trata de la primera que se realiza una intervención de este tipo fuera de la sanidad pública
“En el caso del paciente que hemos tratado en el Hospital Quirónsalud, las alternativas médicas le producían braquicardias y fuertes cefaleas que le limitaban la calidad de vida. Como no padecía ninguna alteración de las válvulas, una miectomía quirúrgica –una operación a corazón abierto y circulación extracorpórea– se dejó como segunda opción y se optó por esta otra técnica de la ablación septal percutánea”, ha explicado el Dr. Jaume Riba, cardiólogo del centro.
UNA TÉCNICA “COMPLEJA Y MULTIDISCIPLINAR”
“Se trata de una técnica compleja, que requiere la intervención y seguimiento de un equipo multidisciplinar para poder reaccionar en caso de cualquier imprevisto, como es la pérdida del ritmo eléctrico del corazón, algo que sucede en el 10% de las intervenciones. Esto es uno de los motivos principales que ha llevado a que ningún centro privado haya optado por este tratamiento hasta la fecha”, han explicado desde QuirónSalud.
En la primera fase de la operación, el equipo ha realizado simultáneamente un cateterismo y una ecografía para detectar la zona del músculo del corazón que es excesivamente gruesa y provoca la obstrucción de la sangre a la salida del ventrículo. “Una vez detectado, hemos de buscar la rama septal de la coronaria que irriga esa zona, obstruirla y alcoholizarla. De esta forma se matan las células de esa porción de músculo cardíaco y se produce un infarto controlado”, ha explicado el Dr. Bruno García.
El objetivo último que se persigue es provocar una cicatriz que reduce el grosor del músculo septal, de forma que se aumenta el caudal porque hay una mejor salida de sangre y desaparecen los síntomas negativos asociados a la hipertrofia. “Transcurridos entre tres y seis meses se tiene que comprobar que la cicatrización se ha estabilizado y se mantiene el ancho necesario, como es el caso del paciente, quien presenta una evolución muy favorable”, ha añadido el Dr. García
"UN NO VIVIR"
“Era un no vivir. No podía hacer ninguna actividad, el cansancio era tremendamente frustrante. Tener que medirte las fuerzas hasta para ir a buscar el coche…ahora ya me han dado permiso para volver a coger la bici. Era impensable hace un año”. Se trata de la declaración de un paciente que sufría una hipertrofia septal obstructiva, esto es, una obstrucción en la salida del ventrículo debido a un engrosamiento excesivo de una determinada zona del corazón.
“Era un no vivir. Tener que medirte las fuerzas hasta para ir a buscar el coche...ahora ya me han dado permiso para volver a coger la bici"
Sin embargo, esta operación no está indicada para todos los casos en que se presenta la hipertrofia. “Existen varias contraindicaciones, quizás la principal es que no haya el grosor suficiente del tabique. Aunque el infarto está controlado, no se puede delimitar exactamente la cantidad de músculo que se convertirá en tejido cicatrizal. Así, si el grosor no es suficiente, se corre el riesgo de que se pueda romper la separación que hay entre los dos ventrículos y crear una comunicación entre ellos”, apuntaba el Dr. Bruno García.
La intervención fue realizada por el doctor Bruno García, hemodinamista con gran experiencia previa en un centro público de referencia y fue asistido por la Dra. Laura Galián, experta en imagen y la encargada de efectuar la ecocardiografía transtorácica con la que se delineó el territorio de cada uno de los ramos septales del corazón del paciente. Ambos pertenecen al equipo de cardiología liderado por la Dra. Pilar Tornos del Hospital Quirónsalud.