Muchos son los estudios y experiencias que demuestran que la actitud puede, no curar, pero sí influir en la recuperación de una enfermedad o problema de salud. Tampoco faltan los ejemplos de cómo un periodo de hospitalización de larga duración afecta al estado anímico de las personas. Ambas perspectivas se agudizan cuando el paciente es un niño, a cuyo malestar o dolencia se suman durante una estancia hospitalaria el cambio de rutinas, nuevos espacios, alimentos, límites en su movilidad y actividad que pueden convertir su día a día, y el de quienes le rodean y cuidan, en todo un reto difícil de superar.
Para ayudar a sobrellevar estas situaciones, tanto a pacientes menores como a sus familiares, y de paso contribuir a su mejor y más rápida recuperación, el Hospital Universitario Fundación JiménezDíaz ha dado un nuevo paso en su Plan de Humanización de la asistencia sanitaria y aplica desde hace unas semanas una nueva “medicina” a los niños ingresados en sus instalaciones: magia, ilusión y sonrisas.
El mago Ángel Dlin visita a todos los niños hospitalizados a quienes realiza sesiones de magia individualizadas en sus respectivas habitaciones
Así, cada semana, y siempre en coordinación con el personal sanitario y las familias de los pequeños, el mago Ángel Dlin visita a todos los niños hospitalizados a quienes realiza sesiones de magia individualizadas en sus respectivas habitaciones. Una iniciativa que “ayuda a los niños y a sus familiares a aliviar la tensión que generan estos ingresos, animándolos y tranquilizándolos respecto a sus enfermedades, explica el doctor José Fernández-Cantalejo, del Servicio de Pediatría de la JiménezDíaz.
“En estas situaciones -continúa el pediatra- es importante, ante todo, que los padres expliquen al niño la razón de que tenga que pasar un tiempo en el hospital, con un lenguaje apropiado y comprensible a cada edad, y con actitud serena, calmada y tranquila, intentando transmitir esas mismas sensaciones al pequeño”.
Acciones de este tipo crean un entorno y momentos en los que la magia, la ilusión y las risas sustituyen a la preocupación, la tensión, el tedio y hasta las molestias o el dolor
Pero todo ayuda, y acciones como la llevada a cabo en el Hospital Universitario Fundación JiménezDíaz, que también se realiza en los hospitales universitarios Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba, crean un entorno y momentos en los que la magia, la ilusión y las risas sustituyen a la preocupación, la tensión, el tedio y hasta las molestias o el dolor.
“Desde que hacen magia los niños están más entretenidos y contentos, dibujan lo que ven, y así lo viven de forma menos dramática, y eso les ayuda tanto a ellos como a los padres, que notan que los niños están más contentos y relajados”, señala el doctor Fernández-Cantalejo.
BENEFICIOS PARA PEQUEÑOS Y MAYORES
“La magia alegra mucho a los chavales y eso es muy positivo”, asegura José Francisco, padre de una menor hospitalizada, cuya madre, Irene, coincide en esta percepción: “La magia tiene muchos beneficios en los niños y en los familiares, hace que te olvides por un momento de la situación que estás pasando”. También Yajaira valora muy positivamente el espectáculo, que le ha “sacado una sonrisa” y le ha venido muy bien a su pequeño, quien estaba “un poco triste” tras varios días ingresado.
La iniciativa, como concluye la doctora Mónica Delgado, supervisora de Pediatría del Hospital Universitario Fundación JiménezDíaz, surgió a raíz de la obra teatral con magia que cada navidad hacen en el centro, tras la cual se planteó incorporar al hospital esta estrategia que completa con risa el tratamiento médico de los más pequeños de la casa para contribuir a mejorar su salud y, cuando menos, hacer más llevadera su estancia hospitalaria.