Los test son determinantes a la hora de comprender y controlar la propagación de la pandemia de la COVID-19, que ya se ha cobrado más de cuatro millones de vidas en todo el mundo. Sin embargo, las pruebas actuales están limitadas por el equilibrio entre la precisión y el tiempo que lleva analizar una muestra.
Otro desafío de las pruebas actuales de la enfermedad producida por el SARS-CoV-2 es el coste. La mayoría de las pruebas son complejas de producir y requieren personal capacitado para administrarlas y analizarlas. Por lo tanto, las pruebas en poblaciones de ingresos bajos y medios han sido, en gran medida, inaccesibles, lo que deja a las personas en mayor riesgo de propagación viral.
Estos electrodos reducen el coste a 1,50 dólares por prueba y requieren solo 6,5 minutos para entregar resultados con una precisión del 100% a partir de muestras de saliva y hasta un 88% de precisión en muestras nasales
Con el propósito de abordar todas estas cuestiones y aportar una solución útil, una nueva prueba electroquímica desarrollada por investigadores de Penn y denominada LEAD utiliza electrodos hechos de grafito, el mismo material que se encuentra en la mina de un lápiz. Desarrollado por César de la Fuente, profesor asistente de Bioingeniería, Microbiología y Psiquiatría, estos electrodos reducen el coste a 1,50 dólares por prueba y requieren solo 6,5 minutos para entregar resultados con una precisión del 100% a partir de muestras de saliva y hasta un 88% de precisión en muestras nasales.
Este mecanismo tiene su origen en RAPID, un kit de diagnóstico rápido de la COVID-19 impulsado hace unos meses. "Tanto RAPID como LEAD funcionan con el mismo principio de electroquímica", explica De la Fuente. "Sin embargo, LEAD es más fácil de ensamblar, puede ser utilizado por cualquier persona y los materiales son más baratos y accesibles que los de RAPID. Estos elementos son importantes porque estamos usando un material abundante, grafito, el mismo grafito que se usa en los lápices, para construir el electrodo y hacer que las pruebas sean más accesibles para las comunidades de bajos ingresos".
"Actualmente, estamos trabajando para mejorar la tecnología y la estabilidad de nuestras pruebas", agrega De la Fuente. "Siempre buscaremos formas de hacer la versión más efectiva de LEAD, pero también estamos trabajando para encontrar socios de la industria y realizar más estudios clínicos para impulsar el uso de LEAD para las pruebas de COVID lo antes posible".
La eficiencia de costes y tiempo de LEAD puede ayudarlo a convertirse en una de las primeras pruebas electroquímicas de COVID-19 en el mercado, si no la primera, en el mercado en un futuro cercano y su proceso fundamental de detección de muestras podría mantenerlo en venta de forma indefinida
Si bien la COVID-19 es la máxima prioridad, las pruebas de De la Fuente también pueden detectar otras enfermedades transmisibles, lo que mantiene esta investigación relevante en el futuro. "Otra área de investigación futura para nuestro diseño de prueba es la multiplexación, que nos permitirá detectar múltiples virus y bacterias en una muestra", dice de la Fuente. "Una vez que COVID esté relativamente controlado, podemos usar LEAD para detectar la gripe, herpes, infecciones bacterianas e incluso ciertos biomarcadores".
La eficiencia de costes y tiempo de LEAD puede ayudarlo a convertirse en una de las primeras pruebas electroquímicas de COVID-19 en el mercado, si no la primera, en el mercado en un futuro cercano y su proceso fundamental de detección de muestras podría mantenerlo en venta de forma indefinida.