España es uno de los países con mayor consumo de opiáceosde Europa. Sus propiedades para aliviar el dolor hacen que se utilicen cada vez con mayor frecuencia. Según los últimos datos de Infonova, la utilización extrahospitalaria de opioides en España alcanzó las 13,31 dosis por cada mil habitantes, casi el doble que hace siete años. A pesar de este incremento de la prescripción de analgésicos opioides para el tratamiento del dolor crónico, su efectividad a largo plazo todavía es controvertida.
España casi ha duplicado el consumo de opioides en los últimos 7 años
Estos fármacos se administran en pacientes con dolor crónico, postquirúrgico u oncológico y su consumo continuado produce una dependencia fisiológica que se manifiesta con la aparición de tolerancia al fármaco y la aparición de un síndrome de abstinencia si se retira de manera brusca.
Entre las causas del incremento del uso de estos fármacos, la revsita Infonova, dependiente de Dianova destaca dos. Por un lado, el desarrollo de unidades específicas “del dolor”, donde se trata a los pacientes con padecimientos crónicos y se ha realizado una labor de concienciación sobre el colectivo médico. Por otro lado, por la aparición de nuevos opioides más potentes y con nuevas vías de administración que facilitan el control inicial del dolor.
La aparición de nuevos opioides más potentes y la creación de unidades específicas del dolor están detrás del aumento del uso médico de estos fármacos
Otros factores que también influyen en el aumento del consumo de opioides es la presión hacia la prescripción de estos analgésicos (y otros psicofármacos, como hipnosedantes y antidepresivos) provocados por campañas que maximizan los beneficios del producto y minimizan los riesgos y por la tendencia de la sociedad a no querer soportar el más mínimo sufrimiento. Así, se corre el riesgo de dependencia y de sufrir consecuencias a largo plazo provocado por este tipo de medicamentos.
De esta forma, la revista Infonova trata dos dificultades fundamentales de este problema, esto es, conceptualizar la adicción a los analgésicos opioides y determinar los factores de riesgo para desarrollar la adicción. Uno de los ejemplos más claros se produce en Estados Unidos, un país que hace frente a un grave problema de adicción a los opiáceos y que recientemente su presidente, Donald Trump, lo declaró como emergencia sanitaria.
Los opiáceos causaron la muerte en Estados Unidos de 33.000 personas en 2015, más del doble de víctimas que por homicidios
En 2015, los opiáceos causaron la muerte en EE.UU. de 33.000 personas, más del doble de víctimas que por homicidios. Desde 1999, las farmacias han cuadruplicado en aquel país la venta de estos medicamentos y ya la mitad de los tratamientos contra el dolor incluyen opiáceos (vicodina, oxicodina, fentanilo…). El problema de la emergencia nacional se deriva de que un tercio de quienes los consumen durante un mes se ‘enganchan’ a la droga y se vuelven adictos.