El último Barómetro Sanitario del CIS ponía sobre la mesa algunas cuestiones relativas a la atención de la salud mental en nuestro país y sobre la percepción que la ciudadanía tiene de la misma. Según esta estadística, cerca de un 18% de los españoles había acudido a un profesional por un problema de salud mental, una cifra que no extraña a los profesionales, tal y como explica Josep Vilajoana, coordinador de la División de Psicología de la Salud del Consejo General de la Psicología.
"Estamos en en un momento, después de la pandemia, en el que se está normalizando la demanda de atención psicológica y además se ha desestigmatizado", comenta el experto, es decir, "se le ha quitado hierro" al hecho de consultar a un psicólogo. De hecho, según apunta Vilajoana, puede que este porcentaje sea aún más alto que en las cifras oficiales.
Hay algunos ámbitos en los que esta atención a la salud mental ha aumentado con el avance de la atención sanitaria. Ejemplo de ello es la atención psicológica en unidades de paliativos o en las consultas de oncología. Así, el porcentaje "sería un poco más un poco más amplio si tuviéramos en cuenta toda la atención".
"Estamos en un momento, después de la pandemia, en el que se está normalizando la demanda de atención psicológica y además se ha desestigmatizado"
Por otro lado, el barómetro también apuntaba que, de las personas que acudieron a especialistas en salud mental, casi la mitad lo hicieron por la vía pública y la otra mitad por la vía privada, unas cifras que no suelen ser habituales en otras especialidades. En este punto el coordinador explica que "hay una cierta normalización" con la premisa de que "para ser atendido en el sistema público hay que estar muy mal, dicho de manera coloquial", y es por ello que se acude al ámbito privado.
En este sentido, los expertos "batallamos para que se incluya en el sistema público un filtro para no llegar a tener que estar muy mal para poder ser atendido por un psicólogo clínico, sino que en Primaria tengamos un psicólogo generalista que pueda filtrar malestares".
También en este punto entra en juego la cuestión de las listas de espera, pues en ocasiones pueden pasar meses hasta recibir una consulta y "es una fecha poco soportable si uno tiene realmente un malestar importante", comenta el experto.
"Batallamos para que se incluya en el sistema público un filtro para no llegar a tener que estar muy mal para poder ser atendido"
Otro de los grandes datos que llama la atención en este barómetro es que casi la mitad de la población dijo haber recibido mejor atención de la que esperaba, es decir, tenían una percepción negativa del servicio antes incluso de recibirlo. Para el experto, no obstante, es un dato positivo, ya que "los profesionales de la Psicología trabajamos bien y consideramosmucho al paciente".
Pese a que la ciudadanía pueda pensar, especialmente en la vía pública, que no le van a tratar bien, "el trato es bueno y se atiende bien a los pacientes, pese a que la frecuencia de visita no sea la mejor". Es decir, "el hecho de que no haya más recursos, no hace que los profesionales trabajen peor, y el dato es positivo". Así, "si en lugar de tres o cuatro profesionales por cada 100.000 habitantes tuviéramos 18 como en la media de la UE, esto sería un paraíso".
LAS LISTAS DE ESPERA, EL GRAN PROBLEMA
Desde la entidad también se alertaba de que, en su mayoría, los pacientes esperan entre uno y tres meses para poder ser atendidos por un profesional de la psicología en el ámbito público. No obstante, pese a ser unos tiempos largos, "es una media, en algunos lugares es incluso más", afirma Vilajoana. "En algunas comunidades los tiempos son terribles".
En este sentido, "lo más grave es que entre la primera y la segunda entrevista, a veces pasa tanto tiempo como para recibir la primera consulta", lamenta. "En algunos trastornos esto es realmente insoportable", por lo que mucha gente opta por la privada.