Vuelven las clases a los colegios, y, con ellas, miles y miles de profesores se reincorporan a sus puestos de trabajo, donde no solo tendrán la tarea de impartir conocimientos a los alumnos. A pesar de que la figura de la enfermera escolar cada vez está más implementada en los colegios españoles, los docentes siguen jugando un papel fundamental a la hora de velar por la salud de sus alumnos, con el objetivo de minimizar al máximo cualquier daño que puedan sufrir.
Es por ello que la doctora Ana Olga Aguilar, especialista de Urgencias en el Hospital Quirónsalud Cáceres, ha señalado cuáles son las diez causas más frecuentes a las que los docentes tienen que hacer frente dentro del entorno escolar. Además, más allá de la labor de prevención, también les ofrece unas pautas básicas de primeros auxilios para mostrarles cómo actuar en dichas situaciones que afectan a su integridad física.
Comenzando por las heridas leves, que, recuerda la doctora, son las más comunes entre los alumnos en edad pediátrica, y para las que recomienda lavarse las manos, colocar la herida bajo un chorro de agua fría -”ya que así se contraen los vasos sanguíneos y se reduce la hemorragia”-, desinfectar con antisépticos transparentes o hacer presión si sangra. Y siguiendo por el sangrado nasal, para el cual hay que sentar al alumno inclinado hacia adelante, presionar las alas de la nariz a modo de pinza durante unos cinco o diez minutos, y hacer que respire por la boca. También hay que evitar que realice movimientos bruscos y que suene la nariz, ni colocar algodones o tapones en los orificios nasales.
“Nunca se debe dar de beber o comer mientras la persona esté mareada, echarle agua fría en la cara ni permitir que se levante bruscamente”
En el caso de las quemaduras superficiales, lo mejor es lavar con abundante agua fría y dejar un paño húmedo para cubrir la quemadura, sin aplicar ninguna pomada antibiótica, pasta de dientes ni ningún otro ungüento; en el de las quemaduras solares, también recomienda refrescar la zona con agua o paños fríos, además de aplicar hidratación con geles con aloe vera o sulfato de zinc. Si lo que ocurre es que el alumno ha perdido un diente a causa de un traumatismo en la boca, lo aconsejable es enjuagar la boca con agua fría y, en caso de que sangre, hacer presión con una gasa.
Ante síncopes o lipotimias, lo más importante es mantener la permeabilidad de la vía aérea y asegurarse que la persona respire. Para ello, recomienda aflojarle la ropa y colocarla en un lugar con buena ventilación tumbada boca arriba, con la cabeza hacia un lado y las piernas elevadas en un ángulo de 45 grados para facilitar el retorno sanguíneo: “Nunca se debe dar de beber o comer mientras la persona esté mareada, echarle agua fría en la cara ni permitir que se levante bruscamente”.
Siguen las intoxicaciones, que pueden ser por vía aérea, por ingesta o cutáneas. En el caso de intoxicaciones por vía aérea, lo que hay que hacer es facilitar la respiración de la persona y ventilar el ambiente abriendo puertas y ventanas. Por su parte, en las intoxicaciones por ingesta lo recomendable es no dar alimentos ni agua, no provocar el vómito y tratar de conservar restos del material ingerido o envase del producto para su posterior análisis. Por último, en las cutáneas aconseja lavar con abundante agua, no agregar medicamentos, pomadas o polvos, e igualmente conservar restos del material.
"Si se trata de fiebre alta, le puede suministrar medicamentos antipiréticos como paracetamol o ibuprofeno"
Llega el turno de la fiebre, ante la cual se debe ofrecer agua o líquidos con frecuencia y colocar paños de agua en frente y axilas. Ahora bien, si se trata de fiebre alta, le puede suministrar medicamentos antipiréticos como paracetamol o ibuprofeno. Además, no se debe abrigar ni desvestir demasiado al alumno, ni darle baños de agua fría o con hielo. Si, por otro lado, el profesor se encuentra con un alumno que ha sufrido un golpe de calor, la recomendación es aplicar medidas de enfriamiento e hidratación como retirar la ropa, refrescar con agua fría o provocar corrientes de aire, todo ello una vez que se haya llamado al 112.
En último lugar están las picaduras (“lavar la zona con agua y jabón, intentar evitar el rascado con medidas como la aplicación de compresas frías o loción calmante, y retirar anillos, relojes y prendas restrictivas en la zona de la lesión”; y, en los casos en los que se haya quedado incrustado el aguijón, “extraerlo con un movimiento de arañazo con la uña, ya que si tiras de él con una pinza o los dedos se vaciará el veneno”9; y la electrocución.
En este supuesto, lo primero es llamar al 112 y asegurar el entorno antes de tocar a la víctima. “Una vez se haya protegido y avisado habrá que practicar los primeros auxilios sobre la persona accidentada, evitando que esta se enfríe y cubriéndole las quemaduras con un vendaje limpio y seco, mientras se controla cuidadosamente su latido cardiaco y respiración”, apunta la doctora Aguilar.