Hay entre 140.000 y 170.000portadores de VIH en España, según datos de Grupo de Estudio del SIDA (GESIDA). De ellos, un porcentaje cada vez menor de personas, ha desarrollado el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, el sida, y conviven con esa patología crónica. Cada año se diagnostican en nuestro país casi 300.000 nuevoscasos de cáncer. Personas que reciben un tratamiento que ataca a las células tumorales y condiciona el sistema inmune.
El 6,39% de la población española tiene alguna de las diez enfermedades inflamatorias inmunomediadas más comunes, como son la artritis reumatoide, la psoriasis o el lupus, según datos de 2018 publicados en la ‘Revista Española Salud Pública’. Cada año más de 3.000 personas reciben un trasplante de médula, y más de 4.000 un trasplante de algún órgano como el riñón, el hígado o el pulmón que les salva la vida, y a cambio tienen que tomar inmunosupresores para siempre.
Son muchas y variadas las personas que en nuestro país tienen el sistema inmune comprometido. Mujeres, hombres y niños que son especialmente vulnerables a los patógenos que conviven diariamente con nosotros. Para ellos una gripe puede llevar a una neumonía o pueden sufrir infecciones oportunistas, pues no son capaces de enfrentar a los agentes patogénicos existentes en el día a día. La prevención de estas patologías en estos pacientes está a cargo del sistema sanitario y uno de los equipos con mayor papel en este proceso son las Unidades de Vacunación.
“Realizamos un calendario de vacunación personalizada con una serie de vacunas, de pautas y momento de administración”
Las vacunas hoy en día nos protegen de múltiples infecciones: desde la infantiles que inmunizan contra patologías provocadas por los meningococos, el neumococo, la varicela, el virus del papiloma humano, el del herpes zoster, el virus de la hepatitis A y de la hepatitis B o la gripe. Algunos pacientes inmunodepremidos como los citados antes, los que trabajan en entornos laborales de riesgo de contraer alguna patología (como un laboratorios, que van a viajar o que realizan en su día a día actividades de riesgo, el consumo excesivo de alcohol, precisan algunas de estas vacunas, a veces incluso de recuerdo, como señala el informe ‘Vacunación en grupo de riesgo de todas las edades y en determinadas situaciones’, publicado en julio de 2018 por el Ministerio de Sanidad.
Los expertos de las Unidades de Vacunación son los encargados de asegurar que estos pacientes tienen sus calendarios vacunales y reciben todas las dosis que necesitan. “Los pacientes nos llegan desde distintas vías, desde el Servicio de Hematología si es un paciente de mieloma múltiple, de Nefrología si es un trasplantado de riñón o desde Primaria si es un paciente inmunodeprimido por otras causas”, explica a Consalud.es la Dra. María Fernández-Prada, secretaria de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
Una vez que son recibidos se revisan sus antecedentes personales, los tratamientos activos, las vacunas previas y los tiempos de administración. “En función de estas variables realizamos un calendario de vacunación personalizada con una serie de vacunas, de pautas y momento de administración”, indica la experta. Las vacunas las pueden recibir en las propias unidades si son especialmente inmunodeprimidos, o si no en Atención Primaria.
“El objetivo es homogeneizar la atención en las unidades y Servicios de Medicina Preventiva y Salud Pública”
En estas unidades también se les realizan serologías a los pacientes para ver si han desarrollado la inmunidad tras la vacunación o si son inmunes a patologías cuya vacunación se realiza en la infancia, como puede ser el sarampión.
HACIA LA EXCELENCIA
Las unidades de vacunación en España funcionan correctamente, pero con diferentes variaciones dependiendo del hospital, del profesional o del paciente. Diferencias que ahora, para alcanzar la excelencia en el abordaje, la Asociación Española de Vacunología ha querido aclarar con la creación del modelo de acreditación de calidad de Unidades de Vacunación de los Servicios de Medicina Preventiva y Salud Pública. “El objetivo es homogeneizar la atención y evaluar su dotación, cómo realizan los procesos o cuáles son los resultados en cuanto a los términos de coberturas”, la Dra. Fernández-Prada.
Esta herramienta, además, les “puede ayudar a identificar las necesidades de recursos y a solicitarlos para poder tener niveles de calidad asistencial adecuados", indica la especialista. Todo ello con el de mejorar y alcanzar la excelencia en el proceso asistencial de vacunación de los pacientes inmunodeprimidos tanto en su valoración inicial como en su seguimiento. “Es importante que consigamos que el paciente continúe con su calendario y lo finalice, no que reciba una vacuna y no vuelva a acudir a la Unidad”, recalca la Dra. María Fernández-Prada. Mejorar estos sistemas lo más posible y dar una atención excelente en la medicina moderna es “una prioridad”, concluye.