El primer trasplante de útero en España representó un gran desafío, no solo por la dificultad técnica de la cirugía, sino también por la coordinación del equipo multidisciplinar necesario para llevarlo a cabo. Nuestro país ya ha realizado dos trasplantes de este tipo con éxito en el Hospital Clínic de Barcelona. ConSalud.es ha querido analizar todos los desafíos que hay detrás de este hito de la medicina en España de la mano del Dr. Francisco Carmona Herrera, Jefe de Servicio de Ginecología del Clínic, que afirma: "El primer reto fue crear un equipo, con más de 50 o 60 personas, todas trabajando en la misma dirección, ya que cualquier fallo en la coordinación de este extenso equipo podría haber comprometido todo el proceso”.
Otro de los retos principales fue la selección de las candidatas adecuadas para el trasplante. De más de 100 mujeres evaluadas, solo dos han recibido el trasplante hasta ahora. "No es fácil", reconoce el Dr. Carmona. “Para ser elegible, la paciente debía haber nacido sin útero y contar con un donante vivo, generalmente emparentado, como la madre o una hermana”.
El experto sostiene que se ha realizado “un casting muy riguroso", refiriéndose al estricto proceso de selección ya que algunas candidatas fueron descartadas debido a problemas de salud subyacentes o la falta de un donante compatible. "Algunas tenían úteros extirpados por razones médicas como miomas, o presentaban condiciones psiquiátricas que impedían la viabilidad del trasplante", explica, lo que ha reducido el número de pacientes aptas para el procedimiento.
“El útero presenta un sistema vascular extremadamente complejo, con múltiples arterias y venas que varían significativamente en cada paciente”
El Dr. Carmona describe la cirugía como "un reto descomunal: es como escalar el k2 en invierno con camiseta y zapatillas". A diferencia de otros órganos, el útero presenta un sistema vascular extremadamente complejo, con múltiples arterias y venas que varían significativamente entre las mujeres. "Si te falla uno de los vasos, falla el trasplante", advierte, ya que el éxito del mismo depende de que todos los vasos sanguíneos funcionen correctamente para permitir que la mujer quede embarazada.
El trasplante de útero no solo representa un reto físico, sino también emocional para las pacientes. Según el Dr. Carmona, "las mujeres que no tienen útero suelen tener alteraciones psicológicas importantes". Sin embargo, el equipo ha observado una notable mejora en el estado emocional de las pacientes que han logrado quedarse embarazadas después del trasplante. Este cambio se asemeja al que experimentan otras mujeres con problemas de fertilidad que finalmente logran tener un hijo.
Como en cualquier trasplante, existen riesgos. No obstante, el Dr. Carmona señala que estos son "muy asumibles", especialmente en lo que respecta a la seguridad del donante. "En todo el mundo no se ha descrito ningún caso de complicaciones serias o secuelas permanentes para las donantes", asegura, lo que subraya la seguridad de la intervención para quienes donan su útero. “El riesgo principal sigue siendo la pérdida del útero trasplantado, lo que podría tener un impacto psicológico importante en las pacientes”, apunta el Dr. Carmona.
“Todo lo que hemos aprendido en estas pacientes, lo podemos aplicar en otras cirugías tanto ginecológicas como no ginecológicas”
El uso de tecnologías avanzadas ha sido clave para el éxito de estos trasplantes. "La cirugía robótica ha sido crucial para llevarlo a cabo", asevera el Dr. Carmona, que explica que gracias a ella se han podido realizar procedimientos más precisos y delicados. El experto añade que lo que han aprendido en estas intervenciones ha sido "un avance espectacular" que ya se está aplicando en otros campos de la cirugía ginecológica y general. El Dr. Carmona explica que han aprendido a trabajar con las venas del útero, que son extremadamente finas y delicadas. "Las venas del útero son como papel de fumar", ejemplifica el experto, destacando la complejidad de manejar este órgano, que durante el embarazo puede pasar de pesar 40 gramos a un kilo.
El trasplante de útero ha abierto la puerta a nuevas posibilidades en el campo de la medicina reproductiva, pero el camino aún es largo. En el futuro, Carmona prevé la posibilidad de combinar trasplantes de donantes vivos y de donante cadáver, lo que permitiría ampliar el abanico de posibles donantes más allá de familiares cercanos. Además, el Dr. Carmona apunta a los avances en la ciencia, como el desarrollo de úteros artificiales.
"Debemos luchar para que se generalice el uso del trasplante de útero", reclama el Dr. Carmona, con el objetivo de que más mujeres que han nacido sin útero o que lo han perdido por razones médicas puedan beneficiarse de este avance revolucionario en la medicina. Apunta que el camino hacia la implementación de un protocolo más amplio para el trasplante de útero está en marcha, y los avances en la tecnología y en la cirugía continúan abriendo nuevas posibilidades para las mujeres que desean ser madres.