La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la telemedicina como la prestación de servicios de atención de la salud, donde la distancia es un factor crítico y en la que todos los profesionales utilizan tecnologías de comunicación para el intercambio de información válida para el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades y lesiones. Una práctica que durante los meses más duros de pandemia adquirió un papel muy importante, ya que en esos momentos no se podía acudir a la consulta y la relación con el médico debía ser por conexión remota.
Según una encuesta impulsada por la OCDE sobre telemedicina y COVID-19, las consultas digitales representaron el 21% del global en 2020, frente al 11% en 2019. Además, en relación a cuántos pacientes usaron teleconsultas durante la pandemia, en 22 países de la OCDE que, a su vez, son Estados miembros de la Unión Europea, un promedio del 32,9% de los adultos encuestados notificaron haber tenido una consulta médica en línea o por teléfono. En el caso de España, resalta por el nivel incorporación, con un 71,6% de teleconsultas desde el inicio de la pandemia hasta marzo de 2021.
BENEFICIOS Y DESAFÍOS
Tres años después del inicio de la pandemia, el impulso que consiguió la telemedicina durante estos años se ha ido manteniendo e incluso ha conseguido asentarse en la detección, el diagnóstico, la gestión, el tratamiento y el seguimiento a largo plazo de numerosas enfermedades crónicas en la región Europea, tal y como demuestran los resultados ofrecidos por un estudiorealizado por la OMS Europa y la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya, centro colaborador de la OMS en materia de eSalud.
"Observamos mejores resultados clínicos, mejor seguimiento por parte de los profesionales de salud y un beneficio general, tanto para los pacientes como para los profesionales"
Entre las principales ventajas que facilitan el proceso tanto para los profesionales como para los pacientes se encuentran: evitar el desplazamiento al hospital, que en casos de pacientes en muy mal estado o de personas mayores es fundamental; reducir los tiempos entre la atención primaria y la derivación al especialista, ya que permite que el paciente pierda el doble de tiempo en obtener el tratamiento que necesita; evitar la exposición a infecciones intrahospitalarias, procesos infecciosos transmisibles que se presentan después de las primeras 48 a 72 horas de hospitalización y que no estaban presentes ni en periodo de incubación en el momento de su admisión; y prevenir la automedicación, una práctica muy habitual que generalmente está relacionada con la dificultad de acceder a una consulta médica y que puede afectar a la salud.
"Hemos descubierto que el uso de herramientas digitales en la prestación de servicios de salud tiene un impacto claro y significativo en los pacientes. Observamos mejores resultados clínicos, mejor seguimiento por parte de los profesionales de salud y un beneficio general, tanto para los pacientes como para los profesionales" explicó David Novillo Ortiz, asesor regional de la OMS en salud digital y datos, y también autor del estudio.
A pesar de todos estos beneficios que ha demostrado con el tiempo la telemedicina, la OMS recuerda en el estudio colaborativo con la Universitat Oberta de Catalunya que todavía queda mucho camino por recorrer, sobre todo en cuanto a la legislación. Además, la falta de habilidades y conocimientos relacionados con la tecnología, la carga de trabajo, la carencia de pruebas científicas definitivas sobre su contribución clínica y el rechazo de pacientes que prefieren el cara a cara fueron los principales retos mencionados por los profesionales sanitarios.
PLAN DE ACCIÓN REGIONAL DE SALUD DIGITAL 2023-2030
Los autores del estudio apuntan como principal solución el diseño de programas de telemedicina con una visión integral. Desde la OMS Europa y la Comisión Europea, ya han lanzado una serie de iniciativas para desarrollar e implementar prácticas de este tipo, especialmente a través del Plan de acción regional para la región europea de la OMS, que fue aprobado por los ministros de Salud en el Comité Regional Europeo de la OMS celebrado en septiembre.
Desde la OMS Europa y la Comisión Europea, ya han lanzado una serie de iniciativas para desarrollar e implementar prácticas de este tipo
En concreto, el plan establece que las soluciones de salud digital, entre las que contabilizan la telemedicina, pueden contribuir a promover la cobertura universal de la salud, proteger a la sociedad en tiempos de emergencia y mejorar la salud y el bienestar en la Región. Esta iniciativa junto con programas de financiación como Horizonte 2020 y Horizonte Europa y las Redes Europeas de Referencia, no solo reconocen el poder de la telemedicina, sino también la necesidad de mecanismos para acabar con las barreras mencionadas.
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha hecho pública la primera oleada del barómetro sanitario correspondiente a este 2023, en el que se pregunta por el nivel de satisfacción con el Sistema Nacional de Salud y la valoración de los servicios de Urgencias, Atención Primaria y hospitales públicos. Además, en esta ocasión, recogen la opinión sobre las videoconsultas en Atención Primaria, que en caso de que ser ofrecidas, más de la mitad de los españoles, el 51.4%, sí las utilizaría frente al 36,1% que las rechazaría.