La alta tasa de temporalidad en el sector sanitario afecta directamente a la duración de los contratos que firman los profesionales. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), durante el tercer trimestre del año hasta 481.500 empleados del sector de las “actividades sanitarias y servicios sociales” tenían contratos temporales. Y, de ellos, sólo 34.400 (un 7%) tenía contratos con una duración superior a los tres años.
Por el contrario, de todos los asalariados sin un contrato fijo, buena parte de profesionales (11.300) reconocían tener contratos que duraban entre dos días a menos de un mes e incluso 800 sanitarios fueron llamados a trabajar para un solo día. Todos ellos, según la estadística, eran mujeres.
En el tercer trimestre de 2017 hasta 800 sanitarios fueron llamados para trabajar un solo día
Más allá de los casos extremos, sin embargo, lo más habitual es que los sanitarios temporales tengan contratos que duran entre cuatro y seis meses (un total de 12.700), y en los trimestres que atañen a los meses de verano suelen predominar las contrataciones para un período que oscila entre el mes y los tres meses de duración.
La precariedad laboral también afecta, no obstante, al tipo de jornada que tienen los profesionales ya que, independientemente de que sean fijos o eventuales, más de 252.000 sanitarios trabajan actualmente a tiempo parcial una cantidad que, incluso, se ha incrementado en el último año.
Pese a ello, paradójicamente, también aumenta el número de empleados del sector que realizan horas extraordinarias más allá de su jornada laboral. Concretamente, en el tercer trimestre de 2017 afectó a 41.300 trabajadores, de los cuáles, hasta 11.900 no llegaron a cobrar dichas horas extra. Por otro lado, la situación lleva a que crezca el pluriempleo en Sanidad. Según el informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), los trabajadores del sector realizaron en los últimos meses una media de 16,9 horas de trabajo en un segundo empleo, distintos al empleo principal.