Solo dos MESTOS admitidos en esta convocatoria: “El problema real está en los que trabajan sin MIR”

Apenas doce personas se presentaron y solo dos han sido admitidas a la vía excepcional para obtener el título de especialista en Medicina de Familia, un escaso poder de convocatoria cuyas razones analizamos con uno de los que sí que lo logró en su momento

Manifestación de MESTOS frente al Ministerio de Sanidad (FOTO: Metges de Catalunya)
27 junio 2024 | 07:00 h
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El Ministerio de Sanidad ya ha dado a conocer el listado de médicos admitidos al proceso excepcional para acceder al título de especialista en Medicina Familiar y Comunitaria sin pasar por el MIR: esto es, por un lado, graduados en Medicina extranjeros que, sin ser especialistas, llevaban ya tiempo ejerciendo la profesión en su país de origen antes de venir a España; por otro, españoles que comenzaron a ejercerla antes de 1995, cuando Europa exigió a todos los países miembros que sus médicos estuviesen especializados vía residencia, y a los que no quisieron tener que hacer pasar por el MIR después de la experiencia que tenían acumulada.

Sin embargo, apenas doce aspirantes se han inscrito a este proceso, de los cuales, además, solo dos han sido admitidos. La razón de esta escasa cifra es, para los primeros, las dificultades que pone Sanidad para homologar la especialidad a personas de fuera de España, no digamos ya a los que no la tienen; para los segundos, que la inmensa mayoría de los que comenzaron a trabajar en Medicina Familiar y Comunitaria antes de aquel año 1995 están ya jubilados o muy próximos a la edad de jubilación, a pesar de que no son precisamente escasos en números.

“Gustó más o menos, pero fue una decisión salomónica”

No obstante, más allá de los dos admitidos, cuyo nombre se puede comprobar en la resolución de la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, a esta convocatoria también tienen derecho a acceder todas aquellas personas que presentaron su solicitud antes del 31 de mayo de 2013 y que, a pesar de ser admitidas, resultaron “no aptos” en tres ocasiones. Ramón Sarrias, médico de familia y secretario de finanzas del sindicato Meges de Catalunya, fue uno de los que sí que lo consiguieron entonces, y nos lo explica.

“Yo fui de los últimos en entrar a ser especialista por esta vía. A los que acabamos antes de 1995 se nos dijo que, cuando lleváramos cinco años de trabajo más o menos supervisado en el sistema público, y una formación equivalente a 300 horas de lo que es la especialidad, nos harían un examen para darnos el título también a nosotros. Y eso es lo que van a cerrar ahora”, recuerda a ConSalud.es: “Gustó más o menos, pero fue una decisión salomónica”.

A todos ellos se les conoce comúnmente como MESTOS (Médicos Especialistas sin Título Oficial), y tienen incluso una asociación, aunque lleva tiempo con escasa actividad. De hecho, este medio se intentó poner en contacto con ellos en varias ocasiones, sin obtener ningún tipo de respuesta. “Cuando Europa pasó a exigir que todos los médicos de familia fuesen especialistas para poder ejercer en el sistema público, lo que no podrían hacer era abrir las plazas MIR para todos. Así que se les ocurrió hacer algo parecido, que era esto”, indica.

"Si ven que pueden trabajar igual con menos, ya harán dos guardias más al aó para compensar lo que dejan de ganar por no ser especialistas"

Las cifras que baraja el Ministerio, apunta Ramón Sarrias, son de cerca de mil personas que se quedaron entonces “en el limbo” porque suspendieron los exámenes para obtener la especialidad o porque les faltaba cumplimentar algún requisito. “Suspendía un porcentaje muy bajo, pero suspendían. También había otros que no se presentaron a las pruebas porque tenían miedo o estaban ocupados o enfermos, pero estoy seguro de que a día de hoy siguen trabajando y cada uno tiene hecha su carrera profesional. Lo que pasa es que empezaron a trabajar cuando todavía no existía un marco legal que obligase a ser especialista”, apunta.

Y es que el verdadero problema, insiste el médico catalán, está en la cantidad de gente que trabaja como médico de familia sin tener la especialidad cuando ya es algo obligatorio por parte del Ministerio de Sanidad; es decir, ni a través del MIR ni de esta vía excepcional.  Solo en Cataluña se calcula que ya representan al 20% del total, algo que, lamenta, “desmotiva a los residentes”. “Si puedo trabajar igual con menos, pues ya haré dos guardias más al año para compensar lo que dejo de ganar por no ser especialista”, denuncia Ramón Sarrias.

UN EXAMEN DE TRES HORAS DE DURACIÓN

Tal ha sido el escaso poder de convocatoria de la prueba, que Sanidad ha eliminado las sedes de examen de Barcelona y Sevilla y ha dejado solo la de Madrid. Allí están citados, el próximo 16 de septiembre, los médicos aspirantes a especialistas de los dos grupos citados, los de antes del 2013 y los, de momento, dos de ahora. Y decimos de momento porque todos excluidos disponen de diez días hábiles desde que se conocieron los resultados para presentar alegaciones antes de que el Ministerio publique el listado definitivo de admitidos.

La duración de la prueba, como la que tuvo que hacer Ramón Sarrias, será de 180 minutos, y tendrá un “carácter eminentemente práctico”. Está orientada, informa el propio Ministerio de Sanidad, a “evaluar la competencia profesional del interesado en el ejercicio de sus funciones como médico de familia”, a través de un cuestionario -cuyo contenido repasamos en ConSalud.es- de 100 preguntas más 8 de reserva, “con o sin imágenes asociadas”. Habrá cuatro respuestas alternativas, de las cuales solo una es la correcta: cada pregunta acertada se puntuará con un punto, mientras que por cada pregunta incorrectamente contestada se restará un tercio de respuesta correcta.

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