El 1 de enero de 2025 se lanzó oficialmente el proyecto de investigación europeo SGLT2 HYPE (Inhibición del SGLT2 para la reducción cardiovascular en HYPErtensión), que recibió 6,99 millones de euros de financiación del Programa Marco de Investigación e Innovación (I+i) de la Unión Europea Horizonte Europa.
El objetivo del proyecto es explorar nuevos enfoques en el tratamiento de la hipertensión e investigar los efectos a largo plazo del inhibidor de SGLT2 -cotransportador de sodio y glucosa tipo 2, también llamados gliflozina; nueva familia de fármacos usados para tratar la diabetes de tipo 2-, dapagliflozina, en la salud cardiovascular y renal. El consorcio interdisciplinar formado para ello reúne a 17 reputados socios de 13 países europeos, entre los que se incluyen instituciones académicas líderes, expertos en economía de la salud, sociedades cardiovasculares y organizaciones de pacientes. Juntos, buscan desarrollar estrategias terapéuticas innovadoras que podrían mejorar significativamente la calidad de vida de millones de personas con hipertensión.

El Prof. Ingo Eitel, director del Departamento de Medicina Interna II del UKSH, Campus Lübeck (Alemania), e investigador principal del estudio, asegura que “el estudio SGLT2 HYPE ofrece una oportunidad única para generar nuevos conocimientos basados en la evidencia para el tratamiento de la hipertensión, y tiene el potencial de proporcionar a millones de pacientes una terapia más segura y eficaz”.
“La hipertensión es uno de los mayores problemas de salud mundial y existe una necesidad urgente de nuevos enfoques terapéuticos eficaces"
La hipertensión es una de las causas más comunes de enfermedades cardiovasculares y afecta a más de 80 millones de personas en la Unión Europea. Los adultos de edad avanzada tienen mayor riesgo de desarrollarla y, a pesar de las opciones de tratamiento existentes, la probabilidad de sufrir complicaciones graves, como insuficiencia cardíaca o enfermedad renal, sigue siendo alta.
Estudios previos han demostrado que los inhibidores de SGLT2 pueden reducir la presión arterial, a la vez que ofrecen efectos protectores para el corazón y los riñones. Sin embargo, aún no está claro si estos beneficios se traducen en una reducción a largo plazo de las complicaciones graves de salud.El estudio SGLT2 HYPE busca subsanar esta deficiencia en la investigación al determinar si estos medicamentos pueden mejorar de forma sostenible la salud de las personas con hipertensión.
Según explica el Dr. Borja Ibáñez, cardiólogo del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz e investigador de su Instituto de Investigación Médica (IIS-FJD), centro español participante en el estudio, “la hipertensión es uno de los mayores problemas de salud mundial y existe una necesidad urgente de nuevos enfoques terapéuticos eficaces. Con nuestra participación en el proyecto SGLT2-HYPE, pretendemos contribuir a la generación de evidencia científica sólida que mejore nuestra comprensión del papel de los inhibidores de SGLT2 en el tratamiento de la hipertensión”.
Si se confirman los efectos positivos de los inhibidores de SGLT2, esto podría conducir a un cambio fundamental en el tratamiento de la hipertensión
El estudio involucrará a más de 3.000 personas con hipertensión con riesgo alto de enfermedad cardiovascular. Los participantes recibirán dapagliflozina (10 mg), un inhibidor del SGLT2, o placebo, si se les asigna al grupo control, además de su tratamiento habitual. El objetivo principal es determinar si el medicamento puede prevenir complicaciones graves de salud como infartos, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia renal. Además, el proyecto evaluará si los pacientes experimentan una mejoría en su calidad de vida. El ensayo se llevará a cabo durante siete años en 53 centros médicos de toda Europa.
Si se confirman los efectos positivos de los inhibidores de SGLT2, esto podría conducir a un cambio fundamental en el tratamiento de la hipertensión. Sus potenciales beneficios incluyen la prevención de más de 250.000 muertes prematuras al año y una reducción de la carga financiera del sistema sanitario de la Unión Europea de hasta 10.000 millones de euros al año.