El mundo entero está mirando hacia la Franja de Gaza estas semanas. Algunas entidades sanitarias internacionales se han posicionado al respecto y, este miércoles, la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), ha hecho lo propio. La sociedad "considera que la disminución en la frecuencia e intensidad de los conflictos armados no es sólo una meta declarada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, sino también un tema transversal para el bienestar y progreso humano".
Igualmente, han considerado que los conflictos y la violencia se han materializado en pérdidas humanas, "pero también en el daño de sistemas de salud, en limitación del acceso a los servicios sanitarios y en el resurgimiento de enfermedades infecciosas".
Como salubristas, prosiguen, "denunciamos las injusticias de las guerras y conflictos armados". Además, han lamentado que la utilización de medidas que atentan directamente contra la salubridad, como arma de guerra, es especialmente grave y supone una vulneración de los derechos humanos de las personas que habiten en ese lugar.
SESPAS ha lamentado la utilización de medidas que atentan directamente contra la salubridad, como arma de guerra
"Privar a una población de 2,26 millones de personas de agua, electricidad y limitar al máximo el acceso de suministros son actuaciones que conducirán de manera inevitable a una catástrofe epidémica". Además, SESPAS también ha pedido mayor concreción a la UE tras el comunicado en el que expresaba "el derecho de Israel a defenderse y, por otra, la importancia de garantizar la protección de todos los civiles".
También han destacado que la situación sanitaria previa ya era débil y se tenía una red asistencial muy saturada. La mayoría de la población es menor de edad, siendo por ello más vulnerables a todas las carencias y agresiones, tanto físicas como mentales, al igual que las personas ancianas y las mujeres embarazadas. Tampoco existe posibilidad de evacuación a zonas seguras debido a que la población está cercada, tanto por Israel como por Egipto.
"La escasez de agua y de energía, de no remediarse, en una zona de alta densidad de población (5.000-10.000 hab./km2) como la Franja, afectará no solo a la bebida necesaria, sino también al saneamiento y depuración de las aguas". De hecho, la OMS y la UNRWA han denunciado esta situación crítica y actualmente la disponibilidad de agua por habitante es del 3% de la recomendación diaria. "Ello conducirá inevitablemente a corto plazo a la deshidratación y a la aparición de enfermedades de transmisión oral-fecal, como la disentería, entre otras, con un alto ratio de propagación".
La falta de agua conducirá inevitablemente a corto plazo a la deshidratación y a la aparición de enfermedades de transmisión oral-fecal, como la disentería, entre otras, con un alto ratio de propagación
También han incidido en que la red de asistencia sanitaria se encuentra falta de luz, de personal y suministros de material médico y medicamentos para atender a las personas heridas y combatir epidemias. Por tanto, "la propagación de las enfermedades infecciosas no tendría posibilidad de controlarse a corto plazo".
Por otra parte, dado el irreparable daño a la población civil de ambas partes, "desde SESPAS instamos a las autoridades españolas y europeas a que influyan en las Naciones Unidas y en el resto de actores de la política internacional para que contribuyan al cese de las hostilidades y al respeto de las convenciones de Ginebra y el derecho internacional de los no combatientes".
"Asimismo, consideramos que una declaración de emergencia de salud pública por la OMS podría contribuir a evidenciar la dimensión de la gravedad epidémica en ciernes y aunar voluntades en su resolución", han concluido.