El 22 de julio el pleno del Congreso aprobó la resolución de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que incluye la prohibición a la industria de pagar formación médica. En su punto 47.2, el dictamen insta a tomar ''medidas para financiación pública de formación continuada de los profesionales sanitarios a cargo de las administraciones públicas, y para investigación independiente, divulgación/educación sanitaria y patrocinio de actividades de asociaciones de pacientes. Se prohibirá financiación de estas actividades, directa o indirectamente, por la industria''.
La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap) considera que dicha decisión se ha tomado sin el asesoramiento adecuado y ha generado gran malestar tanto entre médicos, sociedades científicas, asociaciones de pacientes y en la propia Farmaindustria. La Organización Médica Colegial ha manifestado que ''el proponer prohibir la financiación por Farmaindustria sin alternativa de financiación real es un brindis al sol''.
Las sociedades científicas médicas y la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) proponen reevaluar dicho planteamiento, dado que hasta el momento la administración sanitaria no ha asumido dicha obligación legal y ha sido la industria la que ha hecho posible gran parte de la formación de los médicos. Además, recuerda que la formación va ligada a la investigación; si penalizas la formación, penalizas la investigación.
El 22 de julio se aprobó la resolución de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que incluye la prohibición a la industria de pagar formación médica
Las asociaciones de pacientes ven en esta medida un desconocimiento de la realidad de sus necesidades y recuerdan el trabajo y ayuda que les ha prestado la industria en su obra social de apoyo y ayuda a sus asociados. La propia Farmaindustria recuerda al ministerio que la prohibición, "iría en contra de la libertad de empresa y de la iniciativa privada, principios consagrados en la Constitución". Entienden que ir en contra de estos principios es ir en contra de "una práctica habitual en el resto de países europeos".
Destacan, además, "que el apoyo a la formación de los profesionales sanitarios está respaldado por la propia normativa europea, que prevé este tipo de cooperación por parte de las compañías farmacéuticas". Citan, en este caso, la Directiva 2001/83/CE, incorporada a la legislación española en el RD 1416/1994, que regula la publicidad e información de medicamentos al público y a los profesionales, y que prevé el patrocinio de congresos científicos en los que participen personas facultadas para prescribir o dispensar medicamentos.
Recuerdan, asimismo, que estas actuaciones están sujetas al Código de Buenas Prácticas, que incluye la publicación por parte de las compañías farmacéuticas de los apoyos que proporcionan. Con eso, dicen, se evitan "potenciales conflictos de intereses" y se asegura la "independencia" de todas las partes.
Las asociaciones de pacientes ven en esta medida un desconocimiento de la realidad de sus necesidades
''La realidad es que la administración nunca se ha ocupado suficientemente de la formación continuada que necesitamos los médicos para el adecuado ejercicio de nuestra profesión. La inversión requerida para ello comporta que la Administración no pueda asumir dicha función en su totalidad, como tampoco los sanitarios y que hasta ahora ha realizado Farmaindustria con un Código de Buenas Prácticas que además desde su instauración en 1991 se revisa y autorregula periódicamente y su modificación ha sido ratificada en la Asamblea General de mayo de 2016'', comentan desde la Sepeap.
Por otra parte, destacan que un médico sin la adecuada actualización no va a poder ofrecer la mejor asistencia. ''El mantener nuestros conocimientos médicos actualizados requiere altas inversiones en recursos humanos y materiales difícilmente asumibles por parte de la Administración. También requiere un esfuerzo importante por parte del profesional, que la realiza, en gran parte, en su tiempo libre. La posibilidad de que cuando la industria farmacéutica financia la formación, la dirige hacia sus intereses comerciales, queda anulada por el Código ético de Farmaindustria'', añaden.
Destacan que un médico sin la adecuada actualización no va a poder ofrecer la mejor asistencia
La Sepeap considera que la colaboración de las compañías farmacéuticas es esencial para la formación continuada de los profesionales sanitarios. Esa cooperación contribuye a la realización, por parte de sociedades científicas y otras organizaciones científico-profesionales, de reuniones y congresos que permiten a los profesionales sanitarios mantenerse al día en sus especialidades y les posibilita acudir a estos eventos formativos con becas y ayudas sin las cuales tendrían muy difícil la asistencia.
''Al igual que la OMC valoramos positivamente el dictamen en sanidad aprobado por Congreso en su conjunto. Sin embargo, no respaldamos que, en el apartado de la financiación de la formación médica por parte de la industria, el acuerdo contemple la palabra ''prohibición''. Este punto se ha quedado abierto, muy prohibitivo y sin dar una solución concreta, si se tuviera que hacer de un día para otro, conllevaría consecuencias muy importantes para la formación de los médicos'', explican.