La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) se une a la conmemoración del Día Mundial del Cáncer de Próstata, que tiene lugar el próximo 17 de noviembre, y al movimiento Movember, que trata de concienciar sobre la salud masculina a lo largo de este mes.
Durante los últimos años se ha conseguido un gran avance en el tratamiento de radioterapia, hasta el punto de que en la actualidad, es posible tratar el cáncer de próstata en solo cinco sesiones muy efectivas, llegando a registrar una tasa de supervivencia del 95% y sin afectar a la calidad de vida del paciente.
De acuerdo con los datos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), se prevé que en 2023 el de próstata sea el cuarto tumor más diagnosticado en España, con 29.002 nuevos casos. No obstante, la supervivencia ha aumentado gracias a la mejora de las terapias, como el caso de la radioterapia, un tratamiento curativo bien establecido para el cáncer de próstata localizado.
"Los efectos secundarios de este tipo de radioterapia son muy limitados, lo que significa que los pacientes experimentan menos molestias o problemas relacionados con el tratamiento”
El doctor Alfonso Gómez-Iturriaga, coordinador del grupo de tumores urológicos (UroncOR) de la SEOR, y oncólogo radioterápico en el Hospital Universitario de Cruces, explica que antes los pacientes solían recibir entre 20 y 25 sesiones de radioterapia, una cifra muy diferente a la actual.
“Estos nuevos tratamientos son muy efectivos en el control del cáncer, con una tasa de curación de más del 95% en personas cuidadosamente seleccionadas. Además, los efectos secundarios de este tipo de radioterapia son muy limitados, lo que significa que los pacientes experimentan menos molestias o problemas relacionados con el tratamiento”, indica el especialista.
Además, el Dr. Gómez señala que en los últimos años, los especialistas en este cáncer han trabajado para desarrollar una tecnología avanzada que logre tratamientos más precisos y de menor duración. Aunque siempre con el objetivo en mente de maximizar la posibilidad de curación, y, al mismo tiempo, preservar la calidad de vida de los pacientes. “Estos avances son un gran progreso en la lucha contra esta enfermedad”, concluye.