El cáncer de mama es el tumor más frecuentemente diagnosticado en la mujer. Una de cada ocho mujeres lo padecerá, y en 2023 se diagnosticarán en España unos 35.000 casos y fallecerán unas 6.000 mujeres. Sin embargo, la investigación ha logrado grandes avances, incrementando las curaciones, prolongando la supervivencia, y mejorando su calidad de vida.
Por ello, desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se ha lanzado la campaña "En Oncología cada AVANCE se escribe en Mayúsculas". Con ella, se quiere dar a conocer la evolución y los avances médicos de estas últimas décadas en el tratamiento de los diferentes tumores, en este caso, del cáncer de mama, coincidiendo con el Día Mundial del Cáncer de Mama que se celebra cada 19 de octubre.
En estos últimos años se ha dado el desarrollo de un grupo de fármacos, los conjugados anticuerpo-fármaco (ADC), en los que anticuerpos dirigidos frente a proteínas del tumor están unidos a un fármaco citotóxico, que es liberado dentro de la célula tumoral de forma selectiva. Hace dos décadas, estos tumores eran considerados los de peor pronóstico, y en el momento actual, muchas pacientes logran largas supervivencias gracias a los fármacos desarrollados.
En 2023 se diagnosticarán en España unos 35.000 casos y fallecerán unas 6.000 mujeres
En cáncer de mama triple negativo, se consolida la inmunoterapia en primera línea de tratamiento entre las pacientes cuyo tumor expresa PD-L1, y sacituzumab-govitecan, un nuevo ADC, demuestra mejorar la supervivencia, un hito en estas pacientes de especial mal pronóstico. En las pacientes con cáncer de mama triple negativo precoz, se ha rediseñado el algoritmo terapéutica al irrumpir la inmunoterapia. Pembrolizumab, en combinación con la quimioterapia pre-quirúrgica, aumenta las respuestas completas patológicas y sobre todo, reduce de forma significativa las recidivas. En las pacientes con mutación en BRCA1/2 de alto riesgo, el tratamiento con olaparib durante un año ha demostrado disminuir la mortalidad en estas pacientes, y se ha incorporado asimismo al algoritmo terapéutico.
En cáncer de mama luminal, el más frecuente, se consolida el papel de los inhibidores de CDK4/6 (palbociclib, ribociclib y abemaciclib) junto con la hormonoterapia en el tratamiento de las pacientes con enfermedad avanzada. Se han desarrollado nuevos fármacos para revertir la resistencia que inevitablemente se produce, como el alpelisib para las pacientes cuyo tumor tiene mutación en PI3K, y más recientemente capivasertib. Se están desarrollando nuevos fármacos de hormonoterapia, los degradadores selectivos del receptor de estrógenos (SERD), como elacestrant, especialmente activos en un subgrupo de pacientes cuyo tumor se había vuelto resistente a la hormonoterapia, y los PROTAC.
Por otro lado, los ADC también han irrumpido en el algoritmo terapéutico del cáncer de mamaluminal avanzado, con un beneficio significativo con trastuzumab deruxtecan en pacientes con expresión baja de HER2 (HER2-low), pacientes que hasta ahora no se habían beneficiado de fármacos dirigidos frente al HER2. Sacituzumab govitecan ha demostrado, asimismo, mejorar la supervivencia de las pacientes con cáncer de mama avanzado luminal.
Desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se ha lanzado la campaña "En Oncología cada AVANCE se escribe en Mayúsculas"
En la enfermedad localizada, se sigue avanzando en el ajuste de los tratamientos en función del riesgo. Por un lado, en pacientes de alto riesgo se ha demostrado un beneficio de abemaciclib para prevenir las recidivas, y, más recientemente, se han comunicado datos prometedores con ribociclib. Por el contrario, las plataformas genómicas nos siguen ayudando a desescalar quimioterapias innecesarias en pacientes con tumores luminales, y, por ejemplo, a identificar a pacientes que a pesar de tener afectación ganglionar puedan omitir de forma segura la quimioterapia.
Este año los resultados del estudio POSITIVE, en el que se objetiva que la interrupción temporal de la hormonoterapia en pacientes con cáncer de mama luminal con el fin de buscar un embarazo no se asocia con un mayor riesgo de recaída del cáncer de mama, avalando la seguridad de un embarazo tras el cáncer de mama. Estos resultados son de gran relevancia para todas aquellas pacientes que no han cumplido sus deseos de maternidad.
Se avanza hacia la medicina de precisión en cáncer de mama, siendo cada día más necesarios los biomarcadores para poder seleccionar el tratamiento óptimo para nuestras pacientes (PD-L1, BRCA, PI3K, ESR1). "No hay duda de que estamos viviendo unos años de grandes avances en el tratamiento del cáncer de mama, logrando que cada vez nuestras pacientes vivan más y mejor", se ha recalcado. Sin embargo, "todavía fallecen unas 6.000 mujeres al año por esta enfermedad, dejando constancia de todo lo que nos queda por hacer". Para ello es necesario seguir investigando, con el fin de mejorar el pronóstico y calidad de vida de nuestras pacientes.