Lasredes sociales se han convertido en un campo de batalla en los últimos días donde se debate de manera intensa sobre el joven británico que ha salido en las noticias por haber despertado de un coma y al que se le había diagnosticado de forma errónea como un paciente con muerte cerebral.
Ante esta equivocación, desde el Grupo de Trabajo de Neurointensivismo y Trauma de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) han informado sobre lo que se debe considerar realmente una muerte cerebral explicando en qué consiste y su relación con el coma, cuyo desconocimiento suele ser el origen de controversias de este tipo.
El Dr. Iker García Sáez, coordinador del Grupo de Trabajo e Intensivista del Hospital Universitario Donostia, declara la importancia de despejar dudas “ya que existen muchos mitos o aspectos sobre este tema con los que suele confundirse mucho la población. Es cierto que hay veces en las que, con el tiempo, una persona se puede llegar a recuperar de un estado de coma, pero depende mucho del tipo de causa”.
"Existen muchos mitos o aspectos sobre este tema con los que suele confundirse mucho la población"
Según indica García Sáez, "no es posible vivir sin cerebro", y como bien indica ni el coma ni la muerte cerebral son sinónimos, ya que durante un estado comatoso el cerebro sigue en funcionamiento aunque sea al mínimo rendimiento mientas que en los casos donde hay un diagnóstico real de muerte encefálica es imposible que el cerebro presente ninguna función cerebral en absoluto.
Aunque el término ‘muerte cerebral’ entre en controversia, la realidad es que es correcto, ya que "a todos los efectos clínicos, y también legales, ha fallecido", comenta el coordinador, quien explica que la muerte encefálica se define como el cese completo, definitivo e irreversible de todas las funciones cerebrales de manera irreversible. "Pocas cosas hay en Medicina tan patentes e inequívocas como esta no solo respaldado por la Ciencia, sino también por la Ley".
Respecto al estado del cerebro del paciente en coma tras un trauma, este experto explica que "hay una disminución del nivel de conciencia, hasta el punto de perder la respuesta a estímulos. Una persona que está dormida reacciona a los estímulos, pero una persona que está en coma, no", concluye el Dr. Iker García, quien añade que "a partir de aquí, cabría matizar que, desde un nivel de conciencia normal hasta lo que se conoce como coma profundo, hay una serie de estados intermedios, en los que los pacientes reaccionan poco o sólo a estímulos vigorosos; a diferencia de un paciente en coma, que apenas reacciona a nada, y en los casos denominados como un coma profundo, a nada en absoluto".
Esto deja una cuestión en la palestra, la diferencia entre un estado vegetativo persistente y un estado de mínima consciencia. Para entenderlo cabe destacar que en los casos ‘vegetativos’ son aquellos donde "no hay consciencia, esto es, los pacientes no son conscientes de sí mismos ni de lo que les rodea, pero pueden llegar a reaccionar a ciertos estímulos, de forma automática e inespecífica, pero son absolutamente incapaces de comunicarse con su entorno", añade.
"Los pacientes no son conscientes de sí mismos ni de lo que les rodea, pero pueden llegar a reaccionar a ciertos estímulos, de forma automática"
Por otro lado, como declara Dr. Iker García en un estado de mínima consciencia, los pacientes pueden tener algo de conciencia de su entorno, pero mínima, como bien señala el término. "Son pacientes que han sufrido un considerable daño cerebral, con importantes limitaciones y secuelas, y que, aunque muestran cierta capacidad de relacionarse con su entorno, esta es muy limitada".
Despertar o no de un coma depende mucho de la causa y de la irreversibilidad del daño sufrido. Además, pueden quedar secuelas leves, moderadas, graves o, directamente, incapacitantes o irreversibles. Evidentemente, como añade el coordinador del Grupo de Trabajo e Intensivista del Hospital Universitario Donostia, "si el daño es severo, la parte dañada es extensa, o el daño se encuentra en una zona crítica y vital del cerebro, las probabilidades de salir del coma son remotas, sobre todo, de salir bien y sin ningún tipo de secuela".