El sector de la asistencia sanitaria y social siempre está en el punto de mira por las características propias de su trabajo y por la amplia gama de actividades que abarca, desde personas que ofrecen cuidados en hospitales, consultas médicas y residencias de ancianos, hasta cuidadores que se desplazan directamente a los domicilios de los pacientes. Por eso, dentro de la importante actividad de investigación que está llevando a cabo la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud (EU-OSHA, por sus siglas en inglés), acaban de publicar un informe que muestra el estado en el que se encuentra actualmente este ámbito laboral.
Y es que, pese a su importancia -en 2022, más de 21,5 millones de personas trabajaban en este sector según el Eurostat, la mayoría en el subsector sanitario- , muchos de los retos a los que se enfrentan son desconocidos a nivel general. Así, con el fin de arrojar la luz sobre los riesgos en materia de seguridad y salud en el trabajo dentro de la asistencia sanitaria y social, y de mejorar las condiciones de trabajo de sus empleados en los distintos países de Europa, dicho informe ofrece información estadística, “basada en datos contratados” -revisión bibliográfica, entrevistas con las partes interesadas, encuestas…-, acerca de su situación.
Por ejemplo, recuerda el informe en base a las cifras del EWCTS-2021, la prevalencia de condiciones de empleo precarias es notablemente mayor en el sector sociosanitario (9%) en comparación con la media de la UE-27 en todos los sectores (7%). Por delante, de hecho, solo a tiene a los sectores de actividades administrativas y servicios auxiliares (11%), educación (11%), hostelería y restauración (12%) y artes, espectáculos y actividades recreativas (12%). Pero es que, incluso dentro del sector sociosanitario, hay diferencias muy notables…
La mayor prevalencia de condiciones laborales precarias se da en el subsector de la asistencia social (13%), casi el doble que en el subsector sanitario (7%)
Tanto, que la mayor prevalencia de condiciones laborales precarias se da en el subsector de la asistencia social (13%), casi el doble que en el subsector sanitario (7%). De igual manera, los trabajadores pertenecientes al subsector de atención en residencias son más propensos a declarar condiciones de empleo precarias que la media del sector: 11%, frente al citado 9% en el párrafo anterior. Asimismo, la distribución de las personas que declaran condiciones de empleo precarias en el sector de la asistencia sociosanitaria varía mucho entre países, del 2% de Irlanda al 17% de Hungría, de la misma manera que lo hacen los que tienen contrato indefinido y parcial.
En este sentido, matiza el informe de la EU-OSHA, si bien la mayoría de los trabajadores del sector sociosanitario tienen un contrato indefinido, las políticas de costes y eficiencia en el sector sanitario han generalizado “formas de contrato no estándar”, y la proporción de trabajadores con contratos temporales es ligeramente superior en este sector (15%) que en el conjunto de la economía europea (12%).
Ahora bien, la diferencia es mucho mayor si hablamos de contratos de trabajo a tiempo parcial: el 31% de los empleados sociosanitarios ejercían entonces bajo un contrato de este tipo, mientras que, en el resto se sectores, el porcentaje “solo” era del 18%. Además, según un estudio de la Autoridad Laboral Europea, en 2019 había 3,8 millones de trabajadores no declarados en la Unión Europea que se dedicaban a actividades de cuidado personal, un 8%, frente al 3% del resto de sectores.
El porcentaje de trabajadores del sector sociosanitario que afirma tener dificultades para conciliar su vida laboral y familiar es mayor que la media de la UE-27 en todos los sectores
Todo esto se traduce en que, al final, los trabajadores del sector experimentan una mayor intensidad de trabajo en comparación con la media de la Unión Europea (41%), siendo el personal sanitario el que registra la mayor intensidad de trabajo (50%), con dificultades para mantener un “equilibrio satisfactorio” entre la vida laboral y la personal: el porcentaje de trabajadores del sector sociosanitario que afirma tener dificultades para conciliar su vida laboral y familiar es mayor (23%) que la media de la UE-27 en todos los sectores (19%). Si a ello le sumamos el envejecimiento de la población a la que tienen que cuidar y que, en 2022, el 37% de los propios empleados del sector sociosanitario tenían 50 o más años, la situación futura de estos profesionales podría estar en peligro ni no se toman medidas pronto…
LAS PROFESIONES DE MÁS RIESGO MUSCULOESQUELÉTICO Y PSICOSOCIAL
Esta fue una de las motivaciones que llevó a la elaboración del informe, la de pedir mejores condiciones para unos trabajadores que, recuerda EU-OSHA, tienen los niveles de exposición más altos a factores de riesgo musculoesqueléticos y psicosociales, derivados de tener que levantar o mover personas, transportar cargas pesadas, estar expuestos a posturas cansadas o dolorosas y a movimientos repetitivos de manos o brazos: entre 2014 y 2019, de hecho, hubo un “aumento significativo” de clínicas que informaron de movimientos repetitivos de brazos y manos como un riesgo (del 51% en 2014 al 66% en 2019). De nuevo, dentro del sector, hay diferencias: el menor riesgo lo presentan los empleados del subsector de trabajo social (25%), frente al 35% y 36%, respectivamente, de los trabajadores sanitarios y de las residencias.