Este pasado domingo 27 de noviembre fueron convocados un total de 24.537 aspirantes a las pruebas de la OPE de Valencia que repartirá 3.817 plazas de empleo público en el sistema sanitario de la región. Por provincias, en Valencia se convocó a 14.371 personas, en Alicante a 7.638 aspirantes y en Castellón a 2.528 opositores.
La resaca de este examen no ha dejado un buen sabor de boca en el Sindicato de Enfermería, pues considera que “la Conselleria de Sanidad ha acabado con el sueño de miles de opositores de obtener una estabilidad laboral y poner fin a la precariedad laboral que arrastran desde hace años. Después de estar preparando esta oposición desde años al tiempo que trabajaban luchando contra la Covid, la Conselleria de Sanidad les ‘castiga’ y ‘humilla’ con el examen de 70 preguntas que presentó ayer”. Una oposición que la Conselleria lleva retrasando desde 2019, cuando se celebró la OPE de Estabilización en el resto de las comunidades autónomas del Estado.
"Ni siquiera les ha dado la oportunidad de demostrar todos los conocimientos que tenían sobre el trabajo enfermero"
Ayer, tras el examen, ya se vivieron en los Campus de Valencia, Alicante y Castellón momentos de nervios por el tipo de preguntas que se habían realizado, mucha indignación y sensación de que se había sacrificado la vida familiar y personal estudiando con ilusión y esperanza para un examen que "ni siquiera les ha dado la oportunidad de demostrar todos los conocimientos que tenían sobre el trabajo enfermero".
El examen de Enfermería se ha basado en una “desproporcionada cantidad de terminología no enfermera y abreviaturas técnicas, alejada de la realidad de los cuidados de enfermería basados en la evidencia científica, y en la realidad de su práctica asistencial diaria”, afirman desde SATSE.
"Parece mostrar su interés en aumentar la dificultad de una prueba que mantiene la temporalidad y desestabiliza a las enfermeras"
Además, consideran que “se repite el mismo desastre que en el caso de OPE de Fisioterapia, un examen incoherente y ambiguo, que da como resultado una OPE de ‘desestabilización’ y despropósito sin igual en la historia de esta comunidad autónoma”.
“El examen parecía no tener como objetivo evaluar el conocimiento de las opositoras y opositores, sino más bien parece mostrar su interés en aumentar la dificultad de una prueba que mantiene la temporalidad y desestabiliza a las enfermeras y que apenas aprueben el examen unos cientos de personas para así no tener que baremar a la cantidad de opositores que se han presentados”, redundan desde el sindicato. Desde donde concluyen que “mucho nos tememos, además, que este examen lo aprueben menos opositores que plazas hay convocadas, lo que resultaría muy grave a nivel de reducir la temporalidad”.