La consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute, trasladó este miércoles al Colegio Oficial de Enfermería de la región que antes de finalizar este 2024 creará la categoría de Enfermería Familiar y Comunitaria (EFyC). Una medida –aseguró- “absolutamente esencial y que va a ser muy positiva para la profesión”. De esta forma, el Sermas entrará a formar parte de los servicios de salud de nuestro territorio que han apostado ya por impulsar esta especialidad esencial para la eficiencia del primer nivel asistencial.
Sin embargo, el reconocimiento efectivo del valor de estas enfermeras especialistas tiene todavía un largo camino por recorrer en España. En este sentido, el presidente de la Asociación EIR (AEIR), Guillermo Vera, se felicita porque la Comunidad Madrileña emprenda este paso, pero aclara a ConSalud.es que sólo significa “ponerse de pie, luego hay que andar”. No en vano, muchas otras regiones también han creado bolsas de trabajo para estas profesionales, pero “luego no se hacen operativas” ni se incorpora a las enfermeras “en los servicios para los que están capacitadas”, lamenta.
“Aragón parece que está dando un gran paso adelante; creó la categoría, creo las plazas y este mismo verano también contará con oposiciones con unas 106 puestos, si bien, no tienen un nivel asistencial asignado”
En este sentido, la realidad de la Enfermería Familiar y Comunitaria en las distintas CC.AA. presenta una radiografía muy dispar. Entre los servicios de salud que más están avanzando por emplear el potencial de estas profesionales se destaca Galicia, Aragón, Comunidad Valenciana o Islas Baleares. Donde, al menos, existe y funciona una bolsa de trabajo. “Aragón parece que está dando un gran paso adelante; creó la categoría, creo las plazas y este mismo verano también contará con oposiciones con unas 106 puestos, si bien, no tienen un nivel asistencial asignado”, apunta
Entre los territorios que están en un punto intermedio, encontramos a Cantabria, País Vasco, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura; donde sí se han creado las bolsas de trabajo para especialistas de Familia y Comunitaria, aunque “se sigue llamando a las enfermeras de la bolsa general, independientemente de que dispongan de la formación especializada”. Igualmente, el caso de CLM ha hecho una reciente apuesta por la retención de las especialistas con contratos de 3 años, pero “es para cubrir salientes de guardia, bajas o necesidades del servicio. No se aprovecha su beneficio en la continuidad asistencial”, lamenta Vera.
“Euskadi podría tener algo similar a una bolsa -con otra denominación-, pero siguen sin llamar a las especialistas para trabajar en Atención Primaria"
Para completar el mapa, el presidente de AEIR nos traslada hasta otras siete autonomías en las que esta bolsa de trabajadores especialistas no existe como tal. Junto a la Comunidad de Madrid –donde próximamente está previsto que salga- se encuentran Canarias, Andalucía, Cataluña, Navarra, La Rioja y Asturias, así como las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. “Euskadi podría tener algo similar a una bolsa -con otra denominación-, pero siguen sin llamar a las especialistas para trabajar en Primaria. Por otro lado, en Canarias se ha creado, sólo en Lanzarote, una lista de EFyC pero que no está funcionando bien”, concreta.
UN "TECHO DE CEMENTO"
La conclusión que el responsable de AEIR desprende del actual escenario que rodea a estas profesionales es que “parece que hay un empeño institucional en que las especialistas de Enfermería Familiar y Comunitaria estén en cualquier sitio del Sistema Nacional de Salud, menos donde deben encontrarse: en la Atención Primaria”. Una reticencia que Vera tacha, incluso, de “violenta exclusión” o “techo de cemento”, y que les lleva a verse ubicados en perfiles que “nada tienen que ver con el programa formativo de su especialidad”, denuncia.
Este colectivo enfermero reclama empoderar su profesión en el primer nivel asistencial y no ser parte de “contratos correturnos” que en nada sirven para aprovechar su potencial, formación y conocimientos; algo que las CC.AA. deberían “comprender” a la hora de hacer “más eficiente la atención sanitaria” y, a la postre, “los propios costes que le supone al sistema de salud” no contar con su asistencia especializada en los equipos de AP. “Nadie dudaría de que un médico de familia tiene que estar en Atención Primaria, pero parece que para enfermería siga siendo como un espacio que se entiende de baja carga -tomar tensiones y glucemias-”.
Desde AEIR advierten que no contar con sus servicios implica malgastar todo su potencial y capacidades en la mejor asistencia a los pacientes, conllevando “consecuencias negativas” para el paciente
Desde AEIR advierten que no contar con sus servicios implica malgastar todo su potencial y capacidades en la mejor asistencia a los pacientes, conllevando “consecuencias negativas” para el paciente. Una enfermera que se ha formado en continuidad de cuidados, seguimiento a pacientes vulnerables o la detección de esa vulnerabilidad, entre otros campos, “no da la misma atención que alguien que no dispone de esa formación” remarca Vera, quien lamenta que desde el propio espacio de la Enfermería sea, en muchos casos, donde “más resistencia surge a la hora de empoderar a estas especialistas”.
En definitiva, Guillermo Vera, insta a los responsables sanitarios de todo el país a aprovechas el potencial de las enfermeras especialistas, dada la “evidencia de que sirven para mejorar el cuidado a los ciudadanos y la propia eficiencia asistencial”, asimismo llama a superar las “reticencias” que se encuentran a nivel institucional y las “presiones” para que la Atención Primaria “siga siendo un lugar donde la enfermera acude a jubilarse”.