“Es una bomba de relojería”. Así define la Organización Mundial de la Salud (OMS) la situación en Europa de los profesionales sanitarios: edades avanzadas, escaso relevo generacional, absentismo laboral tras la pandemia, sanitarios fallecidos por la Covid-19 y desigualdades en la disponibilidad de médicos entre países. “Todas estas amenazas representan una bomba de relojería que, si no se aborda, es probable que conduzcan a malos resultados de salud en todos los ámbitos, largos tiempos de espera para el tratamiento, muchas muertes prevenibles e incluso el colapso del sistema de salud”, señalaba el Dr. Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa.
Durante los últimos años se ha hecho patente en España la falta de relevo generacional. Según datos del INE, la tasa en 2016 de profesionales sanitarios mayores de 50 años era de un 35% y la de los mayores de 60 un 8,7%. Solo en el caso de Enfermería, el 15% tiene más de 55 años. Pero esta situación no es algo que solo ocurra en nuestro país.
En Italia, el personal del sistema sanitario tiene una edad media de 47,5 años, que baja a 44,6 años en las enfermeras pero sube a 50,8 en los médicos, según datos del Ministerio de Salud italiano. En Alemania, el 41% de los trabajadores sanitarios tienen más de 50 años, el 12% al menos 60 años en 2020. Y es que en Europa, al igual que en regiones como Asia central, el 40% de los médicos tienen ya 55 años o más, según datos de la OMS.
En Alemania, el 41% de los trabajadores sanitarios tienen más de 50 años, el 12% al menos 60 años en 2020
A la cercana jubilación de un cuarto de los profesionales sanitarios en Europa se suma los efectos de la pandemia Covid-19. Durante estos dos años de pandemia más de 50.000 trabajadores de la salud han fallecido solamente en Europa. La carga asistencial y el miedo al contagio llevaron a un aumento del estrés, cuatro de cada 10 profesionales presentaron síndrome de burnout y durante la primera ola el absentismo laboral aumentó un 62%.
En algunos países más del 80% de las enfermeras señalaron algún tipo de ansiedad o angustia y 9 de cada 10 enfermeras declararon a la OMS su intención de dejar el trabajo. De hecho, solo en España, según datos del Consejo General de Enfermería, el 16,5% de las enfermeras se han visto obligadas a pedir la baja por ansiedad, estrés o agotamiento mental y el 62,8% de las que reúnen los requisitos para la jubilación se han planteado solicitarla y asumir el coste que conlleva.
Una de ellas fue Mª Jesús Fernández Pozos que durante sus 42 años trabajando nunca pensó en irse antes, pero la pandemia le hizo cambiar de opinión: “Cuando comenzó todo me habría jubilado dos años antesde lo que me correspondía”. “Las largas horas de trabajo, el apoyo profesional inadecuado, la grave escasez de personal y las altas tasas de infección y muerte por COVID-19 entre los trabajadores de primera línea, especialmente durante las primeras etapas de la pandemia, han dejado una marca”, señalan desde la OMS.
UNA GRAN BRECHA
La densidad media de profesionales sanitarios en los países europeos, pese a la pandemia, se han mantenido por encima de la cantidad fijada por la Estrategia mundial de recursos humanos de la OMS de 2016. Así, frente al umbral mundial de 44,5 médicos, enfermeras y parteras por cada 10.000 personas, todos los países europeos lo superan con una media de 80 enfermeras por cada 10.000 habitantes; 37 médicos; ocho fisioterapeutas; 6,9 farmacéuticos; 6,7 dentistas y 4,1 parteras.
Hasta 2020 los países europeos habían ido incrementado alrededor de un 10% el número de profesionales sanitarios. Sin embargo, este crecimiento fue muy variable entre Europa occidental (con un crecimiento del 26%), el sur europeo (15%) y el este (6%). Además, el porcentaje de graduados en Medicina varía de un 1% a un 15% y el de enfermeras de un 1% a un 25% dependiendo del país.
“Nunca la región europea había tenido tanta diversidad en profesionales sanitarios disponibles”
Mientras que países del norte como Islandia o Noruega tiene 200 profesionales sanitarios por 10.000 habitantes, en Turquía la tasa es de 54,3 por 10.000 habitantes. En España, por ejemplo, tenemos una tasa de 59 médicos por 10.000 habitantes, pero solo 69,8 enfermeros, según datos de 2021 del Instituto Nacional de Estadística. “Nunca la región europea había tenido tanta diversidad en profesionales sanitarios disponibles”, denuncia el nuevo documento de la OMS. “Los países con bajo número de profesionales formados no tienen suficiente personal para reemplazar al personal que se jubila o se retira por otras causas”.
NECESIDAD DE TOMAR MEDIDAS
“La Región se encuentra en un momento crítico: la planificación estratégica y la inversión inteligente son los próximos pasos cruciales para garantizar que nuestros trabajadores de la salud tengan las herramientas y el apoyo que necesitan para cuidarse a sí mismos y a sus pacientes”, indicaba la Dra. Natasha Azzopardi-Muscat, directora de la División de Políticas y Sistemas Nacionales de Salud de la OMS/Europa.
Diferentes países han puesto en marcha programas para solventar el incremento de presión asistencial que supone menos profesionales sanitarios, más envejecido y con una población más mayor. Por ejemplo, en Irlanda pusieron en marcha el programa Enhanced Community Care para ayudar a la población que envejece a mantener su independencia y así aliviar la presión sobre el sistema hospitalario; y en Reino Unido han contratado en los últimos años 114.000 enfermeras formadas en el extranjero.
La OMS señala la necesidad de cumplir con diez medidas para mejorar la situación.
- Alinear la educación con las necesidades de la población y los requisitos de los servicios de salud
- Fortalecer el desarrollo profesional para equipar a la fuerza laboral con nuevos conocimientos y competencias
- Expandir el uso de herramientas digitales que apoyan a la fuerza laboral
- Desarrollar estrategias que recluten y retengan a los trabajadores de la salud en áreas rurales y remotas
- Crear condiciones de trabajo que promuevan un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida
- Proteger la salud y el bienestar mental de los trabajadores
- Desarrollar la capacidad de liderazgo para la gobernanza y la planificación de la fuerza laboral
- Mejorar los sistemas de información de salud para una mejor recopilación y análisis de datos
- Aumentar la inversión pública en educación, desarrollo y protección de la fuerza laboral
- Optimizar el uso de fondos para políticas laborales innovadoras.
Desde la OMS consideran esencial que se pongan en marcha medidas y estrategias encaminadas a estos efectos cuanto antes. “La sociedad pagará un alto precio si no estamos a la altura de este desafío”, manifestaba la Dra. Natasha Azzopardi-Muscat.