El doctor Carlos Ballesta, cirujano bariátrico, pionero en cirugía laparoscópica y director del Centro Laparoscópico Dr. Ballesta, ubicado en el Centro Médico Teknon de Barcelona, junto con su equipo, han realizado con éxito una cirugía laparoscópica con rayos infrarrojos a una paciente que, en 2020, fue diagnosticada con dolicomegacolon, una enfermedad rara o poco frecuente.
Esta patología congénita se manifiesta tras la pubertad, impidiendo una nutrición adecuada y una vida normal. Según apunta el Dr. Ballesta, si lo normal es tener 1,60 metros, la paciente tenía cuatro o cinco, por lo que le tuvieron que quitar tres metros que le sobraban. De esta manera, el colon queda enrollado, provocando dolores agudos, hinchazón de estómago y desnutrición. Su patrón evacuatorio es de tipo estreñimiento crónico con defecaciones de entre 10 y 15 días hasta dos o más meses, dependiendo de la gravedad del caso y a pesar de seguir un tratamiento dietético y laxante.
“El dolicomegacolon me lo detectaron hace cuatro años. Estuve hablando con varios médicos y cirujanos digestivos de mi ciudad y la única solución que me daban era que tomara laxante. Hubo un médico que me dijo que mi problema era psicológico, que tenía mucho estrés y que lo mío era psicosomático. Es verdad que me hacían pruebas y todo salía medianamente normal, no había ningún indicativo de algo raro”, indica la paciente.
“Hay que hacerlo meticulosamente para que la paciente no sangre, ligando los vasos a sus raíces, entre otros. Quitamos el colon que sobra y empalmamos el intestino delgado con el resto de colon que dejamos"
Según apunta, cuando se trata de mujeres, lo primero que se piensa es que hay un problema ginecológico porque el dolor se da en la pelvis. “Durante estos años, he estado buscando qué es lo que me pasaba a nivel ginecológico porque las pruebas salían bien. Llegaron a decirme, intuimos que, por decir algo, que tenía endometriosis. Quizás era el único diagnóstico que podían darme sin tenerlo claro, pero por dar una explicación al dolor. Me medicaron para eso y, de hecho, llegaron a extraerme una trompa”, explica.
A lo largo de este proceso ha visitado a numerosos ginecólogos y le han puesto varios dius, que le tienen que retirar, una situación que tal y como indica la paciente le hacía “mucho daño”, porque tenía un intestino gigante y los dius no eran la solución.
La desesperación de la paciente fue tal que llegó a buscar medicinas alternativas para remediar su dolor. Entre ellas, la MMS (Miracle Mineral Solution), una solución de dióxido de cloro o de clorito de sodio que mezclaba e iba bebiendo cada hora. Sin embargo, hace tres semanas, empezó a sentir un dolor muy intenso en los riñones que por los síntomas que presentaba y por el resultado de las pruebas rutinarias que le hicieron en Urgencias, le dijeron que parecía una infección de las vías urinarias, por lo que debía tomar antibióticos durante una semana. Una vez más, no se le pasó.
Pasadas las semanas, volvió a Urgencias y le atendió el mismo doctor. “Le dije que me seguían doliendo mucho los riñones y me contestó que no podía ser, que me lo iban a mirar. No se quedó tranquilo, así que me hizo una prueba de imagen, en concreto, una resonancia con contraste, en la que se veía perfectamente tanto el intestino como el colon, y que los riñones estaban funcionando bien”. A pesar de ello, era evidente que su colon no era normal, por ello, el dictor le preguntó si estaba bien con todo lo que tenía ahí y le dijo que sí, que se lo diagnosticaron hacía mucho tiempo, pero que nunca se lo habían tratado. El médico se quedó preocupado y puso en el informe que buscara a un especialista de aparato digestivo para que lo mirara bien.
En las últimas dos semanas, el dolor de la paciente era diario. Se mareaba, tenía palpitaciones, sudores fríos, dolor en los riñones, en el vientre, hasta que llegó al Dr. Carlos Ballesta. Según el especialista, hoy en día, los médicos tienen a su alcance procedimientos para diagnosticar fácilmente el dolicomegacolon. “Los más fiables son el enema opaco, un examen de rayos X del intestino grueso, y la colonoscopia virtual, que nos permite ver y medir el colon. Mediante ambas técnicas, somos capaces de saber qué longitud tiene el colon, sus características y si hubiera algo más”.
“Quiero decir a las personas en una situación así que no se rindan, que es muy duro y que no deberíamos ser los pacientes quienes no nos rindamos a la hora de buscar una solución porque no nos conformemos, ya que eso debería ser cosa de los médicos"
La operación del dolicomegacolon consiste, en primer lugar, en una laparoscopia diagnóstica, que el equipo médico realiza por rayos infrarrojos para simplificar el contacto. Así, determinan la cantidad de colon que hay que quitar. Un proceso que según indica el Dr. Ballesta, “Hay que hacerlo meticulosamente para que la paciente no sangre, ligando los vasos a sus raíces, entre otros. Quitamos el colon que sobra y empalmamos el intestino delgado con el resto de colon que dejamos, restableciendo así el tránsito normal como el de una persona que no tiene esta enfermedad”.
En cuanto al postoperatorio es sencillo, al día siguiente de la cirugía, el paciente empieza con la dieta oral. Normalmente, estará ingresado entre 48 y 72 horas, y los puntos se retiran a los diez días, cuando puede empezar a hacer vida normal sin necesidad de postoperatorios largos ni de bajas laborales.
“Quiero decir a las personas en una situación así que no se rindan, que es muy duro y que no deberíamos ser los pacientes quienes no nos rindamos a la hora de buscar una solución porque no nos conformemos, ya que eso debería ser cosa de los médicos. Ellos deberían ser quienes nos ayuden porque yo he tardado cuatro años en encontrar la solución. Es tan desesperante que llegas a hacer barbaridades porque no aguantas el dolor”, concluye la paciente.