Hay un lugar, más allá de los circos, con el que los payasos siempre han estado relacionados en el imaginario popular de las personas: los hospitales. Su figura resulta clave en las plantas pediátricas de estos centros, y con el paso de los años -nacieron en la década de los 70 en Estados Unidos y en España se comenzaron a asentar en los 90- se ha ido fortaleciendo, hasta el punto de que a día de hoy existen asociaciones que se dedican exclusiva y profesionalmente a ello.
Es el caso de Pupaclown, Payasos de Hospital, nacida a finales de los 90 en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia de la mano del doctor Miguel Ángel Gutiérrez Cantó, entonces Jefe del Servicio de Cirugía Pediátrica del mencionado centro. “Miguel Ángel ya en aquella época formaba parte de un equipo de médicos que luchaba por una sanidad más humana. En 1998 fue a Palma de Mallorca a un congreso, al Hospital Son Dureta, y allí se habló de la actividad de unos payasos de hospital que fueron los primeros en España y que trabajaban en Baleares, así que decidió comenzar algo parecido aquí en Murcia”, señala a ConSalud.es Pepa Astillero Fuentes, presidenta de Pupaclown, una organización cuyo objetivo, reza en su página web, es “mitigar, a través de la risa, el estrés que viven los niños ingresados en el hospital”.
"La risa tiene efectos fisiológicos y ayuda a curar la enfermedad"
“La enfermedad tiene una serie de implicaciones sociales muy graves. Los niños ya no van al colegio y se les separa de su familia, que está también muy vulnerable por el miedo a lo desconocido. Por eso, la risa tiene efectos fisiológicos, aumentando el sistema fisiológico y la presión arterial, y ayuda a curar la enfermedad”, asegura Astillero Fuentes.
Pepa -que pertenece a la asociación desde sus inicios-, al igual que el resto de sus compañeros, estudió arte dramático y es artista de profesión. “Siempre habíamos querido dedicarnos al mundo de los niños y del teatro infantil. Teníamos una compañía y hacíamos clown, e incluso aparecíamos en un programa de televisión, así que cuando nos llamaron del hospital para probar esta actividad ya teníamos cierta experiencia. Al principio íbamos a ver a los niños de vez en cuando, pero nos sentamos con Miguel Ángel y con la dirección del hospital y decidimos realizar una atención continuada”, explica.
EL APOYO EN LOS QUIRÓFANOS, CLAVE PARA NIÑOS Y FAMILIARES
Estos artistas ahora se dedican en cuerpo y alma a Pupaclown, con un calendario fijo de trabajo establecido en el Virgen de la Arrixaca durante toda la semana. “Se van demandado cada vez nuevos proyectos, y realmente hemos formado un equipo maravilloso. Muchas veces lo hablamos con el personal del hospital, que ellos curan la parte física, y nosotros curamos el alma”, presume su directora. Su campo de actuación, de hecho, llega ya incluso a los colegios y domicilios de la Región de Murcia en los que hay niños que padecen enfermedades crónicas o que están directamente en situación de fallecer.
Sin embargo, sigue siendo en el hospital donde pasan la mayor parte del tiempo. De hecho, una de las labores más importantes la realizan en el quirófano, a donde van los lunes, miércoles y viernes. “Cuando han pasado por varias operaciones tienen mucho temor a dormirse, por el miedo a no despertarse”, apunta Pepa. Su trabajo en Pupaquirófano arranca estos días a primera horade la mañana, mientras los niños, ya bajo los efectos del midazolam, una anestesia bebida que los desinhibe y relaja, esperan a entrar para ser operados.
"Los niños asistidos por Pupaclown no sufren tanto los efectos psicológicos de haber pasado por una situación traumática"
“El payaso empieza a trabajar con música, juegos de pañuelos, luces… cosas visuales para las que no necesitamos que el niño intervenga. Es más una cosa repetitiva para que se duerma”, explica. Una vez llega la hora, otro payaso entra directamente a quirófano con el personal médico y los anestesistas para que eso sea lo último con lo que se quede justo antes de que empiece la operación.
El payaso se marcha durante el transcurso de la misma, y vuelve en el proceso de reanimación, cuando el niño ya está de vuelta con sus padres. “A veces les decimos antes de irnos que nos vamos a buscar una mariposa, y cuando se despiertan lo recuerdan y hablan de mariposas. Es súper bonito, los niños están hechos para jugar y para la fantasía”, afirma emocionada la artista, quien pone de manifiesto los buenos resultados de esta labor a través de los estudios que publican periódicamente los psicólogos de la Universidad de Murcia sobre sus actividades. “Ellos mismos se sorprenden, porque los niños asistidos por Pupaclown, además de estar mucho más relajados durante la operación, no sufren tanto los efectos psicológicos de haber pasado por una situación traumática. A veces, cuando vuelven a casa, muchos piden dormir con la luz encendida o se orinan en la cama”.
EPÍGRAFE EN LA SEGURIDAD SOCIAL, UN SUEÑO A CUMPLIR
Los payasos que forman Pupaclown, insiste Pepa, son artistas profesionales y, como tal, están remunerados y viven de ello: “No trabajamos con voluntariado, porque la implicación ha de ser muy grande. De hecho, a los que entran les pedimos una experiencia profesional de mínimo dos años en el trabajo artístico con niños. Luego, ya la asociación lo que hace es que los forma a nivel psicológico, de antropología de la enfermedad, medidas de higiene, sanitarias en general… también los formamos en magia o en disciplinas que hemos visto que son muy importantes en el día a día del hospital”.
Pupaclown, 25 años después de su fundación, es ya una asociación muy asentada y conocida en la Región de Murcia, que realiza cada año entre 5.000 y 7.000 asistencias y que pertenece a la Federación española de payasos y payasas de hospital, la cual se junta cada dos años y cuenta con representantes de Barcelona, Madrid, Valencia y, claro está, Baleares y Murcia. “Mi verdadera ilusión es que en el futuro hubiese un epígrafe en la Seguridad Social que fuera payaso de hospital. Si yo pudiera conseguir esto antes de irme al otro mundo sería muy feliz.