La lucha contra un cáncer es un foco de gran angustia en la vida de las personas y de sus seres más queridos. Con el diagnóstico llega el miedo a lo desconocido, produciendo una catarsis en el paciente que puede hacer que se sienta desbordado por la situación y el importante desafío que se le presenta en el horizonte. Sin embargo, para lidiar con esta circunstancia, surge la figura de la Psicooncología; una rama de la Psicología especialmente dedicada a acompañar a los afectados por cáncer y a sus familiares durante todo el proceso asistencial, así como en la posterior supervivencia.
De esta manera, el colectivo profesional viene defendiendo desde hace tiempo el reconocimiento de la especialidad de la Psicooncología y Psicología Paliativa para dar respuesta a las necesidades y demandas de las personas con cáncer y en cuidados paliativos, así como a sus familiares. Sustentan esta demanda en las singularidades de su trabajo y en el hecho de que permitiríaestablecer una regulación y formación especializada de los psicólogos destinados en esta área. Asimismo, posibilitaría también asegurar el reconocimiento nacional e internacional de la disciplina e impulsar la investigación científica para mejorar la asistencia.
“Nuestra intención pasaría por aumentar el número de especialidades, a semejanza de la medicina, para confeccionar una formación más especializada”
En esta línea, la coordinadora del grupo de trabajo en Psicooncología y Psicología en Cuidados Paliativos del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, Dra. Valeria Moriconi, aclara a ConSalud.es que actualmente en el Sistema Nacional de Salud “la Psicología Clínica es la única especialidad de la que se dispone para trabajar en la sanidad pública”, convocando cada año a todos los aspirantes al PIR, independientemente de la rama sanitaria donde después vayan a ejercer. “Nuestra intención pasaría por aumentar el número de especialidades, a semejanza de la medicina, para confeccionar una formación más especializada”, indica.
La realidad del cáncer es muy amplia y presenta una gran variedad de posibilidades que son necesarias conocer para poder dar una asistencia integral a los pacientes. De la misma manera que cada tumor es distinto y conlleva un determinado tratamiento, las necesidades en salud mental de los afectados refleja esa misma amplitud. “Es una enfermedad muy especial y se hace necesaria una formación específica. Siempre digo que hay que ser un buen psicólogo, pero también conocer la realidad oncológica”, remarca la Dra. Moriconi.
“Un paciente con un hígado afectado puede parecer que tiene una depresión, pero no la tiene. Sino sabes esto, vas a intentar ayudar a una persona deprimida que realmente no lo está"
Desde el prisma de los psicooncólogos, perciben complicado poder ayudar a un paciente si no saben interpretar su enfermedad, sus tratamientos o las secuelas que les genera, y cómo estas afectan a su cuerpo. “Un paciente con un hígado afectado puede parecer que tiene una depresión, pero no la tiene. Sino sabes esto, vas a intentar ayudar a una persona deprimida que realmente no lo está. Igualmente, has de estar familiarizado con las particularidades de cada cáncer o con términos como la inmunoterapia”, asegura la experta, quien concluye la importancia de una especialidas específica que unifique las particularidades de la Psicooncología y Psicología Paliativa.
En esta misma línea, la presidenta de la Sociedad Española de Psicooncología y coordinadora de la disciplina en la Fundación FEFOC, Dra. Tania Estapé, también sustenta la necesidad de una especialidad propia en el hecho de que el cáncer es una enfermedad que se ha ido haciendo cada vez más compleja y su supervivencia se ha alargado, incluso, en personas incurables”. El cambio de paradigma en los tratamientos y la mayor duración de la necesidad asistencial repercute directamente en los pacientes, prolongando los plazos de la atención psicológica especializada, incluso, “una vez superado el cáncer”.
A la idiosincrasia de cada cáncer se le unen “las singularidades de cada tratamiento”, que multiplican la necesidad de conocimientos por parte del profesional
Asimismo, el impacto de una patología curable no es el mismo que el que afecta a quien se enfrenta a un alto riesgo de morir, requiriendo una atención diferenciada. Precisamente por esta razón, la coordinadora en FEFOC preferiría desligar las especialidades de Psicooncología y Psicología Paliativa en dos campos diferentes. “Existen puntos de intersección entre ambas, especialmente en los estadios avanzados de la enfermedad. Sin embargo, en el cáncer se han alargado mucho los plazos de vida, tanto en las fases de curabilidad como en las de no curabilidad”, aclara.
Del mismo modo, la psicooncóloga apela a que, “como ocurre en otros países”, se permita a los pacientes oncológicos disfrutar un acompañamiento especializado en todas las fases de su proceso. “Cada cáncer tiene un apellido, es diferente. El psicooncólogo debe conocer todo este ámbito y ofrecer una gran empatía; saber lo que significan estas patologías a nivel de funcionamiento personal (sexualidad, autoimagen, miedo, etc)”. Igualmente, a la idiosincrasia de cada cáncer se le unen “las singularidades de cada tratamiento”, que multiplican la necesidad de conocimientos por parte del profesional.
“También vamos a ver pacientes con antecedentes de problemas de salud mental que se reactivan a través del diagnóstico de cáncer”
Con todo ello, desde la Sociedad Española de Psicooncología no restan valor a las propias herramientas de la psicología clínica, que deben ser el punto de partida, pues “también vamos a ver pacientes con antecedentes de problemas de salud mental que se reactivan a través del diagnóstico de cáncer”, apunta la Dra. Estapé, quien aclara, además, a partir de eso, “tienes que conocer muy bien todas las intríngulis de la enfermedad”. De esta manera, concluye, “tengo clarísimo que la especialidad de Psicooncología es una necesidad”.