Hoy, sábado 27 de mayo, es el Día Mundial de la Medicina de Urgencias y Emergencias, la segunda rama de la sanidad con mayor número de profesionales en España después de la enfermería. Se trata, además, de una especialidad en la que cada vez cobra más importancia la figura del psicólogo, quien se encarga en estos casos de darapoyo asistencialy comunicar noticias trágicas a los familiares o allegados de personas que acaban de fallecer o de sufrir un grave accidente.
Y si hablamos de este campo de la psicología de urgencias y emergencias, pocas voces hay más autorizadas en España que la de Andrés Cuartero Barbanoj. Andrés, además de Jefe de Psicología del Sistema de Emergencias Médicas de Cataluña (SEM), es profesor en el Máster de emergencias extra-hospitalaria de la Universidad de Manresa y el director del Postgrado en Psicología de Emergencias y Catástrofes de la Universidad de Barcelona, centro en el que también impartió la asignatura de Intervención en crisis y duelo.
Como explica Andrés, la psicología de urgencias es una rama “reciente” dentro de la Medicina de Urgencias y Emergencias, a la que comenzó a darse importancia a raíz de los traumáticos acontecimientos 11-S y que todavía “no está muy implementada a nivel internacional”. El 90% de los servicios que realiza el SEM en Cataluña, señala, tienen que ver con suicidios o muertes por accidente, en los que muchas veces se ven involucradas múltiples víctimas. Son, en definitiva, sucesos “con una alta carga dramática”, y es por ello que, aprovechando el mencionado Día Mundial de la Medicina de Urgencias y Emergencias, ConSalud.es se ha puesto en contacto con él para profundizar en su especialidad y en la importancia que tiene para la población.
¿Qué es lo que hace exactamente un psicólogo de emergencias?
Primero de todo, hay que aclarar que nuestro campo de actuación en SEM (Sistema d'Emergències Mèdiques) es, por lo general, a nivel extrahospitalario (domicilio, calle o comisaría), ya que en los hospitales tienen a sus propios psicólogos. En el caso de los accidentes de tráfico, por ejemplo, la comunicación de fallecimiento es competencia de los Mossos d’Esquadra, pero también tenemos un acuerdo por el que pueden solicitar cobertura integral y entonces activamos una unidad de soporte y atención psicológica de SEM. La idea con la persona a la que se le comunica es darle una serie de pautas y conseguir no sea un trámite excesivamente frío, administrativo o con mucha información, sino que pueda ir haciéndose rápidamente a la idea de la situación y no añadirle una carga adicional.
A veces, cuando se hace una primera comunicación, las personas al cabo de un rato preguntan si pueden volver a ver a su familiar por si está bien, con lo cual no lo tienen tan interiorizado como podría parecer. Entonces se repite hasta que se observa que hay una comprensión real de lo que ha ocurrido.
¿Y cuáles son, por regla general, las claves para dar una noticia tan trágica? ¿Hasta qué punto depende del tipo de accidente que se ha producido?
Siempre hemos de adaptar el protocolo al tipo de suceso, de pérdida –a veces involucra a varios familiares-, a la edad, a la cultura... Un criterio súper importante es que la comunicación del fallecimiento se debe hacer cuanto antes, porque si se les ha notificado al cabo de 7 u 8 horas puede aparecer un sentimiento de rabia e impotencia porque la persona piensa que estaba haciendo su vida normal mientras su familiar fallecía.
Otro elemento fundamental es construir un relato cronológico paso a paso cuando, en situaciones de estrés y de alta intensidad emocional, la capacidad reflexiva y de comprensión se ve alterada. Para entendernos, sería seguir la misma estructura que cuando contamos un cuento a un niño: Hay un inicio, pasan cosas antes, vamos hacia un sitio, sucede y ahora estamos aquí. “Su hijo se desplazaba en moto como cada día para ir a trabajar…” y a partir de aquí, de este relato de rutina que la persona tiene interiorizada, se avanza hasta dar la noticia.
Hay que comunicarlo rápido y no utilizar eufemismos
El tercer elemento clave es no utilizar eufemismos en este relato cronológico y sí utilizar la palabra “muerto”. No hay que navegar ni utilizar términos de más, porque, como te decía antes, aunque las personas parece que lo entienden, pueden ir haciéndose una expectativa que no es. Hay que dar la información mínima de cómo y dónde ha sido, sin dar excesivos detalles sobre si se ha producido de una u otra manera, perotampoco mencionar “un accidente” a secas: “Ha colisionado en X sitio, los servicios de emergencia lamentablemente no han podido hacer nada y ha muerto”. Para terminar, explicarles que nos lo han notificado a nosotros y que somos los encargados de comunicárselo y de explicar lo que tiene que hacer a partir de aquí, y dejarles un tiempo para que lo asimilen y que nos planteen sus dudas o si quieren saber algo más sobre lo que les ha comentado.
Esta es a grandes rasgos la estructura del relato, que luego se adapta, y a veces hay que volver a repetirlo. Incluso alguna vez les preguntamos si lo han entendido y les animamos que nos lo cuenten con sus palabras.
También hay que entender que es un proceso muy delicado y que hay multitud de situaciones. A veces, este tipo de comunicaciones se hacen a altas horas de la madrugada, así que recomendamos preguntar quién más hay en el domicilio: Personas mayores, menores… Porque su reacción puede hacer que los despierten sobresaltados y quizá es mejor esperar a que se despierten para contárselo.
Eso sí, es muy importante no olvidarnos de los menores en estos casos de fallecimiento o de mal pronóstico de enfermedad, porque nuestra cultura es vivir de espaldas a la muerte y tratar de protegerlos. Hay que incorporar a los niños, porque si fantasean con la realidad a la larga puede ser mucho peor y generar daños, y es algo que sabemos a nivel psicológico.
Animamos a los padres y tutores a que lo hagan de la misma forma en la que lo hemos hecho nosotros con ellos, y muchas veces practicamos con ellos un pequeño ensayo o simulacro porque nos piden, como en el caso de los Mossos, que lo hagamos nosotros, algo que no recomendamos salvo que la persona esté en un estado realmente complicado. La noticia siempre va a ser mejor acogida por alguien de confianza, nosotros simplemente nos mantenemos en un segundo plano y nos quedamos próximos para darles seguridad y por si surge algún problema.
Hay personas que reaccionan con un síncope vasovagal
Por último, y aunque esto puede parecer muy tonto, la noticia hay que darla en un espacio que sea seguro y en el que haya la máxima contención. Si vas a un domicilio esta noticia no se puede dar a pie de puerta, porque una familia que abre a los Mossos o a sanitarios ya intuye que ha ocurrido algo serio y se angustian mucho: “Sí, hemos de comentarles una noticia desagradable, pero es importante que entremos dentro y que nos podamos sentar”. Nos hemos encontrado casos de personas a las que, cuando se les ha comunicado una noticia de impacto, han reaccionado con un síncope vasovagal o cayéndose.
Si esto es en hospitales, y aunque vamos mejorando, todavía hay camino por delante. Las noticias se dan en el pasillo de pie, deprisa y corriendo, y sin dejar a los familiares afrontar la situación. Es importantísimo huir de la idea de trámite y dejar un tiempo después, porque el profesional que da la noticia es el receptor del dolor y de las reacciones emocionales y el encargado de contener las que sean desproporcionadas. Si se hace mal, sea cual sea la noticia trágica a comunicar, añade daño y aumenta la ansiedad.
Y tú qué llevas toda la vida en esto, ¿has visto una evolución entre cómo se hacía antes y cómo se hace ahora?
Muy lenta, pero muy lenta, sobre todo en lo que te decía de los servicios de urgencia en hospitales. No es aquello de una consulta externa, que has hecho unas pruebas a la persona y le tienes que comunicar los malos resultados estando sentada en un despacho. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de muertes de producen en las urgencias de los hospitales, y las urgencias están diseñadas como están diseñadas y no hay una zona en la que uno pueda alejarse un poco de este trajín de pasillos, tubos y sonidos de máquinas. Los profesionales lo tienen que hacer como buenamente pueden, y creo que hemos mejorado porque ya se es consciente de esto, pero faltan los medios.
Tenemos creado todo un sistema de soporte mutuo para los psicólogos
Siempre se ve esto como parte de la “humanidad” del médico, pero en realidad debería formar de la integración profesional y de una atención no solo a los aspectos físicos, sino también a los psicológicos. No puede ser que estemos hablando de un proceso de “humanización” de las UCIs y de la atención primaria y que luego no humanicemos la comunicación de malas noticias. Por suerte, aquí en Cataluña, sí se produce esa integración total de la psicología en todos los procesos de emergencias.
A nivel personal, ¿por qué crees que querría dedicarse alguien a un trabajo que está rodeado de tanta tristeza?
Es un tipo de trabajo en el cual puedes ver, aunque suene extraño, cómo tu actuación está generando un efecto inmediato en la persona. Si a alguien se le ha quedado alguna imagen grabada, y tú intervienes de manera rápida para que esa imagen no le genere tanto daño y da resultado, creo que es lo que hace que te enganches la psicología de emergencias. Algunas personas incluso utilizan el término de “adicción” a estos sentimientos.
Además, creo que el agradecimiento por parte de los ciudadanos es también muy importante, valoran tu trabajo. También hay casos, claro está, de personas que han empezado y después de dos o tres servicios duros se han dado cuenta de que esto no es para ellos.
Y sobre esto último que comentas… ¿Cómo se cura de ver cosas tan traumáticas un psicólogo de emergencias? ¿Va también al psicólogo?
Nosotros, desde el primer momento en el que nos dedicamos a esto, sabemos los tipos de escenarios en los que vamos a trabajar, así que no recibimos tanto el impacto. Además, tenemos creado todo un sistema de soporte mutuo en el que, si uno de los nuestros ha tenido un servicio difícil, antes de terminar la guardia recibe una llamada de otro compañero para tener una sesión de desactivación y no llevarse esa carga a casa. También hacemos seguimiento y sesiones presenciales en grupo, porque muchas veces el psicólogo no interviene solo, sino con una unidad de soporte y atención psicológica, que es una ambulancia con dos técnicos en emergencias sanitarias que intervienen con el psicólogo. Sobre todo en el caso de menores, cuando también tienen que intervenir las unidades pediátricas. Hay toda una serie de estrategias y técnicas igual que haríamos con un ciudadano de a pie, los psicólogos también son humanos.