Psicología, un “gran negocio” a punto de explotar: “Han optado por crecer sin criterio ni calidad”

Javier Prado Abril, presidente de la Sociedad Española de Psicología Clínica (ANPIR), denuncia que el grado ha crecido de manera desorbitada hasta desprestigiar la profesión

Javier Prado Abril, presidente de la Sociedad Española de Psicología Clínica (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)

Psicología es la carrera universitaria que más ha incrementado su número de plazas en lo que llevamos de siglo XXI, y su progresión parece no tener fin: si el año pasado se graduaron 9.075 nuevos estudiantes, en ese mismo curso 2023/2024 se habían matriculado 24.902, casi el triple de personas, y para finales de esta década, estima Javier Prado Abril, presidente de la Sociedad Española de Psicología Clínica (ANPIR), alcanzaremos las 75.000. No hay sitio para todos ellos, especialmente con la escasa presencia que aún a día de hoy sigue teniendo la Psicología Clínica dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS), y lo que se ha creado, denuncia el especialista, es un gran mercado y “fábrica de parados” que está “ensuciando” su reputada profesión.

“Los matriculados ya son potencialmente infinitos, da igual que la tasa de fracaso académico alcance el 80% en el primer año de carrera. Si crecemos a pelotazos, lo que tenemos es una profesión donde constantemente escuchamos a gente decir cosas que no deben amparados bajo la etiqueta de psicólogos”, critica con dureza Prado Abril. Él se graduó en la Universitat Rovira y Virgili de Tarragona en 2008, cuando la entonces licenciatura de cinco se impartía en 36 universidades públicas y privadas; a día de hoy, en cambio, el grado en Psicología, que ha bajado a cuatro años, se puede encontrar en 70 centros: 33 públicos, 36 privados y uno mixto.

"Los matriculados ya son potencialmente infinitos, da igual que la tasa de fracaso académico alcance el 80% en el primer año de carrera"

“El grado actual no tiene ningún tipo de exigencia de calidad. Cualquiera que tenga un edificio y psicólogos puede impartirlo”, critica con dureza el experto, uno de los autores del estudio que, publicado en 2017, ya advertía de que entre los años 2005 y 2015 se había generado una “burbuja formativa” de estudios de Psicología en España que todavía no ha explotado. “Es verdad que antiguamente había un nicho por explotar, pero, ya en 2005, el Libro Blanco de la Psicología decía que los 31 centros que había entonces eran excesivos, y en 2017 directamente había más psicólogos trabajando como profesores en las universidades que psicólogos clínicos en el sistema universitario. Es decir, la burbuja se alimenta a sí misma: tengo que construir más facultades de Psicología para que estos psicólogos sean a su vez profesores de los nuevos psicólogos”, añade.

Hasta tal extremo ha llegado el problema, que, asegura el presidente de ANPIR, aunque siga siendo la principal razón por la que la gente comienza sus estudios, ya no se debería hablar de la psicología como una profesión únicamente sanitaria, sino de una “disciplina polivalente” que da unas nociones mínimas. La parte de la sanitariedad, asegura, llega después, a través del máster habilitante que todos los graduados universitarios deben realizar para poder ejercer en el ámbito de la promoción de la salud o de la especialidad PIR (psicólogo interno residente) necesaria para dedicarse a la psicología clínica".

"Cualquiera que tenga un edificio y psicólogos puede impartir el grado"

“Aquí sí que existe un numerus clausus (ndr: “limitación del número de plazas establecido por un organismo o una institución”, según la RAE), porque el máster no puede crecer más allá de las condiciones que tiene, que son exigentes, y lo mismo ocurre con la especialidad. El grado, en cambio, ha optado por crecer sin criterio ni calidad”, insiste el experto. “La universidad, cuantos más alumnos, mejor. El impacto que eso luego tenga en el mercado de igual, es absolutamente irresponsable, y contrasta con la verdadera naturaleza que debería tener la universidad en cuanto a orientación social y formar a profesionales necesarios”, recuerda.

Como muestra de esa “distorsión” y “privatización” del mercado de la Psicología está uno de los dobles grados universitarios de más reciente creación, el de Psicología y ADE que implantó por primera vez en nuestro país la Universidad Pontificia de Comillas en el año 2021. Y es que, explicaba a ConSalud.es su coordinadora, Gisela Delfino, las empresas cada vez demandan más este perfil de visión empresarial con conocimiento de cómo funciona la mente humana. “La mente humana ayuda mucho a las inversiones y las finanzas, y estar formados en eso es súper importante. Además, como es una disciplina nueva, pueden surgir muchísimas cosas ligadas a la neurología en el ámbito laboral”, destacaba.

ESPAÑA, PLATA EN COLEGIACIÓN DE PSICÓLOGOS

Gran parte de este incremento de las plazas de Psicología en nuestro país tiene que ver con la formación en línea, que ya representa a la mayoría de la oferta total: el curso pasado, obtuvieron el título 6.725 personas en la modalidad presencial, mientras que 2.350 cursaron el grado a distancia; entre los recién matriculados, sin embargo, 10.665 eligieron el modelo presencial, y 14.237 están actualmente estudiando Psicología de manera online.

Con todos estos datos, no es de extrañar que España ya sea el segundo país del mundo con mayor número de psicólogos colegiados, solo por detrás de Argentina: “¿Qué formación tienen estos psicólogos y para qué sirven? Esa es la cuestión… “Estamos ante un gran negocio. Puede ser que haya una gran demanda en la sociedad por estudiar Psicología, pero se trata de una demanda desvirtuada. La gente no quiere estudiar Psicología por interés o por curiosidad, sino porque hay una responsabilidad de empleabilidad por parte de los egresados que generan, sea en el ámbito que sea. Por mucho éxito que tenga la disciplina, no hay un problema de salud mental tan grande que requiera la formación de tantísimos psicólogos”, afirma Prado Abril.

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