Bajo un cielo finalmente prácticamente despejado tras semanas de mal tiempo, 5.000 profesionales sanitarios, según datos de la Delegación del Gobierno de Madrid, han recorrido las calles de Madrid este sábado hasta llegar frente al Ministerio de Sanidad para manifestar su rechazo frontal al borrador del nuevo Estatuto Marco impulsado por el Gobierno. La protesta, que ha contado con el respaldo de colegios profesionales, sindicatos, sociedades científicas y estudiantes de Medicina, ha finalizado con la lectura de un manifiesto en el que se ha denunciado la “gota que ha colmado el vaso” de una profesión al límite.
Lemas como "somos médicos, no esclavos", "ministra esclavista piérdete de vista" o "queremos negociar, estatuto de verdad”, se han coreado durante el recorrido de la manifestación. “Nos sorprende que, después de haber tenido que aplazar esta movilización dos semanas, hayamos sido capaces de movilizar al colectivo en este volumen de compañeros”. Así arrancó la lectura del manifiesto, Víctor Pedrera, secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), en alusión a la amplia participación de facultativos venidos de distintas partes del país.
Según los convocantes, el borrador del Estatuto Marco “nos iguala con otras categorías profesionales con requisitos inferiores”. En ese sentido, denuncian que la norma no sólo no recoge las particularidades de la profesión médica, sino que las diluye en un marco generalista que ignora la formación, la responsabilidad y la carga laboral específica del colectivo.
“Este borrador ha sido la gota que ha colmado el vaso de una paciencia que se apoyaba en la vocación como en su último escudo”
“La profesión médica y facultativa necesita un estatuto propio que regule sus especiales condiciones de formación, calidad y desempeño laboral y que sea el médico quien negocie las condiciones laborales del médico”, explicó Pedrera que alertó del grave deterioro de las condiciones laborales de los facultativos: “Asumimos jornadas laborales muy superiores a las que están regularizando para el resto de trabajadores y a las que tienen contempladas nuestros colegas del resto de la Unión Europea”.
Uno de los puntos más controvertidos del borrador es el sistema de incompatibilidades que, a juicio de los profesionales, “penalizará el talento para ejercer únicamente en el Sistema Nacional de Salud”, alejando aún más a los médicos del ámbito público. Además, el manifiesto ha subrayado que “las guardias siguen siendo obligatorias y ese tiempo no computa para que pueda ser voluntario”, así como que “seguimos con una paga extra recortada catorce años después de que se creara el actual estatuto”.
Los convocantes denuncian que la propuesta del Ministerio no sólo no ha tenido en cuenta las reivindicaciones del colectivo, sino que “ha sido la gota que ha colmado el vaso de una paciencia que se apoyaba en la vocación como en su último escudo”. “La profesión ha mostrado, y sigue mostrando, como pocas veces se ha visto anteriormente, su rechazo unánime a este texto”, se expresó en el manifiesto, recordando que la oposición se extiende a todo el foro de la profesión médica.
El presidente del sindicato médico andaluz, Rafael Ojeda, ha hecho un llamamiento a defender la dignidad y los derechos de los médicos: "Esto no ha hecho más que empezar, y tenemos que estar convencidos de que vamos a tener un estatuto marco propio para la profesión médica".
“Las únicas medidas que han adoptado son fabricar más médicos en lugar de poner en marcha medidas que contribuyan a fidelizar y a dignificar la profesión”
Desde CESM insisten en que esta reforma no atiende al verdadero problema de fondo: la crisis estructural de recursos humanos en el sistema sanitario. “El propio ministerio ha admitido en sus últimos informes la necesidad de médicos, un déficit de especialistas en el mínimo plazo”, recordó Pedrera. “Y las únicas medidas que han adoptado son ampliar plazas en las facultades de Medicina, es decir, fabricar más médicos en lugar de poner en marcha medidas que contribuyan a fidelizar y a dignificar la profesión”.
Para los facultativos, el efecto de estas decisiones es claro: un éxodo creciente de profesionales hacia otros países o hacia la sanidad privada, donde las condiciones laborales son mejores. “Nos estamos quedando sin médicos y, en lugar de analizar las causas de manera profunda y mejorar las condiciones laborales, la administración decide dar una vuelta más de tuerca”, sentencian.
“Este borrador ahonda en esa sensación de desprecio institucional que arrastramos desde hace años y que no quepa duda: solo servirá para contribuir a expulsar al colectivo médico de la sanidad pública”, ha advertido Pedrera quien ha exigido la apertura de un proceso real de negociación que permita redactar un estatuto específico para los médicos. “Reclamamos una auténtica negociación en la que se cumplan las medidas que permitan a los profesionales ejercer su labor en las mejores condiciones posibles para ofrecer la mejor atención sanitaria a los pacientes que es el fin último de la profesión médica”, concluyó.