El tromboembolismo pulmonar (TEP) o embolismo pulmonar es una urgencia médica. Este se produce cuando un coágulo o trombo se desplaza hacia la circulación pulmonar obstruyendo e impidiendo la oxigenación de la sangre. Se trata de complicación de la trombosis venosa profunda no diagnosticada y no tratada de forma oportuna. El 15% de los pacientes que sufren una embolia pulmonar fallecen durante el primer mes de tratamiento.
Los síntomas del embolismo pulmonar dependerán del tamaño del trombo y de la zona pulmonar que esté obstruida. En la mayoría de los casos suele ser asintomática o presentar leves síntomas, pero en los casos en que el trombo alojado en el pulmón es de gran tamaño puede bloquear la oxigenación de la sangre convirtiéndose en una urgencia vital. El jefe de la Unidad de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, doctor Pablo Gallo, señala que es importante saber identificar a tiempo los síntomas del tromboembolismo pulmonar, “siendo los más frecuentes la falta de aire, sensación de ahogo, dolor torácico y mareos, en algunos casos el paciente puede referir ansiedad abrupta, sensación de desvanecimiento y, en los casos más graves, presentan ahogo y desmayo con pérdida de conocimiento”, indica.
“Ante síntomas como hinchazón de una pierna, dolor agudo espontáneo que no cede o cambios de coloración de la piel, es imprescindible acudir a un especialista vascular..."
El coágulo/trombo puede producirse en una vena del abdomen-pelvis o en las piernas, este puede desprenderse total o parcialmente viajar por la circulación y alojarse en el pulmón. En este sentido, el doctor Gallo sostiene que antes de que estos síntomas surjan suelen estar precedidos por otros localizados en las piernas o en el abdomen por presentar trombosis venosa profunda (TVP), por ello es importante reconocer los síntomas de la TVP y buscar atención médica antes de que se desencadene un tromboembolismo pulmonar. “Ante síntomas como hinchazón de una pierna, dolor agudo espontáneo que no cede o cambios de coloración de la piel, es imprescindible acudir a un especialista vascular para realizar un diagnóstico y tratamiento oportuno, previniendo así complicaciones como tromboembolismo pulmonar o el síndrome postrombótico”.
El tratamiento del TEP es individualizado, se debe estudiar la causa y el lugar del origen del trombo. Según el Dr. Pablo Gallo, en los casos leves de tromboembolismo pulmonar, el tratamiento inicial es la anticoagulación implicando la combinación con otras medidas, pero existen condiciones individuales de algunos pacientes en los que no se puede iniciar tratamiento anticoagulante y se debe optar por otro tipo de tratamiento apto en esas situaciones. “En los casos más graves en los que el tromboembolismo es masivo, no permite respirar al paciente y el riesgo vital es inminente se debe eliminar el trombo de los pulmones inmediatamente, y una buena alternativa para ello es el tratamiento endovascular mediante la tromboaspiración”, afirma el doctor.
CASO REAL, CON UNA RECUPERACIÓN EXITOSA
Recientemente, el equipo de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional ha tratado un caso de un paciente varón de 60 años de edad, que acudió a urgencias con cuadro de pérdida de conciencia. “Procedimos a la valoración diagnosticando clínicamente y mediante Angiotac la presencia de trombosis pulmonar masiva de ambos pulmones y con signos de trombosis de dos venas abdómino-pélvicas. Ante la situación de urgencia vital y debido a la imposibilidad del tratamiento anticoagulante por presentar focos de sangrado a nivel cerebral, se procedió a realizar tromboaspiración mecánica, procedimiento que utiliza un catéter especial que se introduce a través de una vena de la ingle llegando hasta los pulmones para aspirar o extraer el trombo que está obstruyendo las arterias pulmonares y restablecer el flujo sanguíneo”, explica el doctor Santiago Zubicoa, responsable de la Unidad de Radiología Vascular Intervencionista del Hospital Ruber Internacional.
Según el radiólogo intervencionista, previamente se realiza una angiografía que nos indica la localización y extensión de los trombos, proporcionándonos una información muy valiosa para guiar el tratamiento. “Posteriormente se posiciona el catéter aspirador en las proximidades del coágulo, lo que asegura una aspiración efectiva. Este catéter está conectado a una bomba de succión, que crea un efecto de vacío para aspirar el trombo permitiendo ser transportado fuera del cuerpo”, explica el Dr. Pablo Gallo. Como indica el Dr. Zubicoa, este proceso se realiza con precaución para evitar dañar las paredes de los vasos sanguíneos y minimizar el riesgo de operaciones. “Finalmente, se obtienen imágenes de comprobación de las arterias pulmonares para confirmar la eficacia del tratamiento”, matiza Santiago Zubicoa.
El Dr. Pablo Gallo concluye que el tratamiento se complementó con el implante de un filtro de vena cava, con la finalidad de evitar posibles migraciones futuras que desencadenen nuevos episodios de TEP y pongan en riesgo la vida del paciente. “Un diagnóstico acertado y la elección de un adecuado tratamiento son esenciales para una buena recuperación del paciente”, destaca. Actualmente el paciente se ha recuperado exitosamente y cuenta con buena calidad de vida sin limitación en sus actividades diarias.