En neurocirugía, acceder a la región pineal se ha considerado como un desafío neuroquirúrgico por su complejidad, así como por las estructuras neurológicas y vasculares que están relacionadas. El motivo es porque esta región está localizada en el centro del cerebro, y pese a su dificultad de acceso vemos como los tumores se forman a partir de células madre cercanas a la glándula pineal.
El jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario La Luz de Madrid, el doctor Francisco Villarejo, explica que los tumores o lesiones de la región pineal incluyen una variedad de neoplasias de muy diferente histología; “Pueden proceder de la propia glándula pineal o de las estructuras neurales o mesenquimales adyacentes. Pero también se pueden encontrar lesiones quísticas como quistes aracnoideos, dermoides y epidermoides, lesiones con alto contenido graso que producen adherencias a las estructuras intracraneales”, afirma.
"Pudiendo desarrollar hidrocefalia obstructiva más o menos aguda, con cefalea, náuseas y vómitos o marcha inestable”
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) diferencian en grupo los tumores pineales de diferenciación intermedia que se corresponden con los grados II y III y constituyen hasta un 50% de los tumores pineales. “Gliomas, meningiomas y quistes pineales. Con frecuencia el síntoma de debut es la afectación de la visión con parálisis de la mirada, es decir la incapacidad para mirar hacia arriba. Y también por compresión del acueducto de Silvio, pudiendo desarrollar hidrocefalia obstructiva más o menos aguda, con cefalea, náuseas y vómitos o marcha inestable”, describe Villarejo.
“En los últimos años, las técnicas estereotácticas y endoscópicas, para poder realizar al menos una biopsia, han favorecido el diagnóstico y tratamiento de estas lesiones”. De esta manera vemos como los avances en los microscopios quirúrgicos han permitido un mejor acceso a esta región, como destaca el doctor Villarejo. Aclarando como el abordaje quirúrgico en el tratamiento de tumores pineales es mínimamente invasivo mientras continua con una mayor precisión, “priorizando la funcionalidad cerebral en la extirpación de estos tumores”, asevera el doctor Francisco Villarejo.
El diagnóstico se realiza por estudios de imagen, siendo la resonancia magnética (RM) el examen de elección, en sus diferentes secuencias basales aportando información sobre la extensión de tumor y el grado de afectación o de compresión de las estructuras adyacentes. “Por eso, para el abordaje quirúrgico, es importante la visualización de la vascularización y el desplazamiento y posición de las estructuras venosas en relación al tumor”, como explica el jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario La Luz.
Para el neurocirujano Francisco Villarejo, generalmente el tratamiento de estos tumores es la extirpación quirúrgica del tumor con técnicas microquirúrgicas. Con los sistemas más recientes y seguros para hacer la craneotomía. “Pero también existen técnicas volumétricas estereotácticas, endoscópicas y aspiradores ultrasónicos, entre otras”, reconoce el especialista del Hospital Universitario La Luz.