La Atención Primaria, puerta de entrada al Sistema Nacional de Salud (SNS), es el ámbito idóneo para el abordaje preventivo de los trastornos de salud mental por tres razones fundamentales. En primer lugar porque, probablemente sea, junto con los centros educativos y entornos laborales, el dispositivo con el que contactan mayor número de ciudadanos a lo largo del año y, por qué no decirlo, a lo largo de la vida de cada uno de ellos.
Una segunda razón, basada en múltiples investigaciones científicas, pone sobre la mesa que los pacientes con trastornos mentales o conflictos psicosociales crónicos suelen consultar de forma reiterada con los diversos dispositivos con los que cuenta el primer nivel asistencial.
Médicos, enfermeros o trabajadores sociales pueden jugar un papel decisorio en la prevención de los trastornos mentales y en la promoción de la salud mental, dentro del área Familiar y Comunitaria
Finalmente se tiene constancia que los trastornos emocionales que no se detectan con la suficiente celeridad tienen una peor evolución. En este contexto cobra un especial protagonismo el profesional de Atención Primaria donde, de forma habitual, recibe este tipo de consultas.
Por todo ello los expertos subrayan la importancia de incluir una perspectiva psicosocial a las consultas de Primaria, donde la atención esté centrada en el paciente y la asistencia clínica se conjugue con los elementos psicológicos y emocionales. En otras palabras, integrar una visión holística en la que la humanización sea un componente necesario para una asistencia sanitaria de calidad.
Esta función no debe ser exclusiva de Medicina de Familia, haciéndose transversal a otros profesionales como las enfermeras o los trabajadores sociales. Todos ellos pueden jugar un papel decisorio en la prevención de los trastornos mentales y en la promoción de la salud mental, dentro del área Familiar y Comunitaria.
Uno de los puntos fuertes es la accesibilidad y el conocimiento que tiene este colectivo de las familias, un elemento que facilita la coordinación con los dispositivos de Atención Especializada y los servicios sociales, tan necesarios en este perfil de pacientes.
El infradiagnóstico de los trastornos mentales graves y la excesiva medicalización de la vida cotidiana, elevándose día a día el número de personas que no son capaces de afrontar con eficacia situaciones estresantes sin recurrir a tratamientos farmacológicos, son dos elementos negativos a tener en cuenta
Si bien existen tratamientos eficaces para prevenir los trastornos mentales graves, un 60-65% de las personas que los sufren no reciben una atención adecuada. A todo ello se suma el infradiagnóstico de los trastornos mentales graves y la excesiva medicalización de la vida cotidiana, elevándose día a día el número de personas que no son capaces de afrontar con eficacia situaciones estresantes sin recurrir a tratamientos farmacológicos.
Por todo ello, Atención Primaria puede ser el espacio necesario para hacer promoción de la salud mental y la prevención de los trastornos, la detección e intervención precoz del trastorno mental grave, la atención integral y continuada de los pacientes, asegurando la continuidad de los cuidados y la integración de servicios.