La División de Formación y Perfeccionamiento del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) ha realizado dos jornadas formativas dedicadas a los interlocutores policiales territoriales sanitarios con el objetivo de potenciar el conocimiento de la problemática delictiva existente en torno a los centros médicos y a los profesionales de la salud.
Tal y como ha explicado Javier Galván, interlocutor policial nacional sanitario, a la Organización Médica Colegial (OMC), este encuentro se ha centado en "otorgar las herramientas necesarias para poder dar una respuesta a las exigencias de asesoramiento en todos los territorios". En este contexto, una experta en Psicología ha ofrecido un taller para saber cómo actuar ante las agresiones y cómo prevenirlas.
"No se trata sólo de que los interlocutores trasladen su estrategia exclusivamente al personal sanitario, sino que además transmitan estos conocimientos al resto de policías"
"No se trata sólo de que los interlocutores trasladen su estrategia exclusivamente al personal sanitario, sino que además transmitan estos conocimientos al resto de policías, para que se potencie la interactuación con el resto de agentes del sector", ha indicado Galván. Así, la formación ha puesto el foco en cómo afrontar situaciones críticas, a través de casos reales.
Desde que se puso en marcha la Instrucción 3/2017, las comunidades autónomas y provincias han impulsado esta iniciativa en coordinación con los consejos autonómicos de colegios de médicos, los propios colegios y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Desde la Dirección General de la Policía (DGP) se ha coordinado esta figura para ponerla en marcha en las 55 unidades territoriales (todas las provincias, además de Vigo, Algeciras y Gijón) y plantear un escenario real de actuación.
La Dirección General de la Policía ha coordinado esta figura para ponerla en marcha en las 55 unidades territoriales, es decir, en todas las provincias
Junto a ello, la comunicación fluida y regular es un elemento muy eficaz para la prevención. La idea es fomentar el establecimiento de contactos periódicos con las organizaciones representativas para atender las preocupaciones y dificultades que se divisen en cada zona o área concreta.
Estas medidas son imprescindibles también para poder concretar el grado o nivel de riesgo que se produzca una agresión contra un profesional sanitario, así como para determinar las medidas policiales de protección que deben ser adoptadas, siempre de manera personalizada e individual.