A esta conclusión ha llegado un enfermero clínico del Hospital Royal Alexandra en Edmonton (Canada) que, junto con un grupo de profesionales, han publicado un estudio en la revista Annals of Emergency Medicine. En este sentido, el enfermero Mateo Douma considera que “cualquier cosa que podamos hacer para descargar de pacientes el departamento de urgencias, es un beneficio”.
El establecimiento de estos protocolos "no son la solución ideal" pero pueden ser "una medida de urgencia para pacientes con problemas complejos"
Los protocolos que pusieron en marcha estos profesionales permitían a las enfermeras, por ejemplo, administrar paracetamol a pacientes con dolor o fiebre, lo que lograba reducir en más de tres horas el tiempo medio de espera. Para los pacientes que presentaban dolor de pecho, sospechoso de sufrir un ataque al corazón, realizarle la prueba de troponina reducía en 79 minutos la estancia en Urgencias.Asimismo, la ejecución de un protocolo de enfermería para los afectados por una fractura de cadera conseguía disminuir en casi cuatro horas el periodo de espera. Y el mismo tiempo se lograba acortar cuando atendían a mujeres embarazadas que presentaban un sangrado vaginal.
Para Mateo Douma, el establecimiento de estos protocolos “no son la solución ideal”. A pesar de ello, estas medidas sí que pueden tomarse como “una medida de urgencia para hacer frente al enorme problema de los largos tiempos de espera, especialmente para pacientes con problemas complejos”. No obstante, esta situación “seguirá requiriendo un amplias y creativas estrategias para garantizar una atención adecuada a los pacientes”, concluye Douma.
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