Los pediatras abogan por la lectura analógica frente a la digital para un mejor desarrollo cognitivo

Con motivo del Día Internacional del Libro Infantil 2025 desde AEPap recuerdan que la lectura en papel genera menos fatiga visual y mejora la retención y comprensión de la información

Los pediatras de atención primaria apuestan por la lectura analógica en lugar de en dispositivos electrónicos por sus beneficios en el desarrollo congnitivo de los niños y niñas (Fuente Canva)
Los pediatras de atención primaria apuestan por la lectura analógica en lugar de en dispositivos electrónicos por sus beneficios en el desarrollo congnitivo de los niños y niñas (Fuente Canva)
CS
1 abril 2025 | 12:05 h
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Durante los últimos años los dispositivos de lectura electrónica, conocidos como eReaders, han ido ganando terreno frente al papel. Ante esta situación los expertos recuerdan que “la lectura analógica es mejor para el desarrollo cognitivo que aquella que se realiza en dispositivos electrónicos”. La pediatra de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y vicepresidenta de su sociedad federada en Aragón, Dra. Mapi Mallada recuerda que “la lectura en papel mejora la retención y comprensión de la información, y los lectores recuerdan mejor lo que han leído en un libro físico, por la memoria visual”. Estos argumentos principales son los que llevan a AEPap a aconsejar la lectura analógica, con independencia de la alfabetización digital, en todas las fases educativas. 

La AEPap realiza esta recomendación en el marco del Día Internacional del Libro Infantil 2025, que se celebra este 2 de abril, y en un contexto de análisis en la comunidad educativa sobre el uso de dispositivos electrónicos en las aulas. En este debate, la posición de AEPap, como representantes de los profesionales sanitarios más cercanos a la infancia, es recordar que la lectura analógica es insustituible. “La tecnología tiene su sitio en la formación, pero a la edad adecuada y en el tiempo de exposición adecuado”, señala la Dra. Mallada. Según las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría (AEP), los niños y niñas menores de seis años no deberían tener acceso a las pantallas y, por tanto, las clases de la etapa Infantil sí deberían prescindir de dispositivos electrónicos. A partir de Primaria, se deberían utilizar “en contenidos seleccionados y con el tiempo adecuado a cada edad”, asegura. 

“La lectura en papel mejora la retención y comprensión de la información, y mejora la retención por la memoria visual”

Más allá de las materias escolares, la Dra. Mallada reitera que la lectura en papel se debe mantener y no se puede sustituir por tablets, móviles e incluso libros electrónicos, aunque el título que se lea sea el mismo. Cita varios motivos por los que estos soportes no son intercambiables: “Lo primero es que el estímulo luminoso a través de la pantalla es más dañino para los ojos que leer en una hoja de papel. La lectura en papel no genera fatiga ocular como ocurre en las pantallas”. 

En segundo lugar, “los libros electrónicos para niños suelen acompañados de animación y a veces incluso de sonido, lo cual les atrapa mucho más la atención, pero no la concentración, que se puede mantener más tiempo en la lectura analógica”. Por último, “como el resto de la tecnología, un libro electrónico estimula el sentido de la vista, pero deja de estimular otros sentidos, como el del tacto, muy importante en los libros infantiles, y también desaparece la sensación de pasar las hojas y el sentimiento de que vamos llegando hacia el final de la historia”. 

En definitiva, “aunque tiene características especiales, el libro electrónico es una pantalla más, y tiene capacidad de crear una adicción digital que se haga extensiva al resto de las pantallas”, afirma la Dra. Mallada.

“El libro electrónico es una pantalla más, y tiene capacidad de crear una adicción digital que se haga extensiva al resto de las pantallas”

AEPap recuerda también que la lectura en papel no sólo es recomendable desde el punto de vista académico, sino también para el desarrollo integral de la infancia. La promoción de la lectura puede comenzar incluso en etapas previas a la escolar, tal y como señala el Grupo de Prevención en la Infancia y Adolescencia (PrevInfad) de AEPap, pues estimula su desarrollo cerebral y afectivo. Su recomendación es la lectura compartida desde etapas precoces de la vida, incluso cuando los niños son bebés, estimula el desarrollo cerebral y afectivo, como 

La Dra. Mallada coincide con esta recomendación y enumera algunos de los beneficios demostrados, como que “favorece el apego con los adultos que leen y estimula el aprendizaje de vocabulario”. En etapas posteriores, “el aumento del léxico en los niños lectores les da una gran ventaja en la escuela frente a los niños que no leen o a los que no se les ha leído en etapas anteriores”, afirma. Sin olvidar que “con los libros les podemos abrir el mundo a diferentes culturas, experiencias, situaciones que habitualmente no vemos porque no las tenemos alrededor. Leyendo aprenden lo que es la empatía e, incluso, a tomar decisiones”.

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