Cada año, el 2 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Vitamina D, un nutriente esencial, fundamentalmente conocido por su papel en la salud ósea. En España, aunque pueda resultar sorprendente, una amplia proporción de la población presenta niveles insuficientes de esta vitamina, incluso en personas de edad avanzada. Un 80% de la población mayor de 65 años en España, según los estudios, tiene niveles de insuficiencia o deficiencia de Vitamina D. En menores de 65 años, la cifra alcanza el 40% de la población.
“Estos valores son preocupantes para la salud ósea y están en línea con los hallados en estudios globales”, asegura en declaraciones a ConSalud.es, la Dra. María Cortés Berdonces, coordinadora del Grupo Metabolismo Mineral y Óseo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). “El déficit de vitamina D se ha relacionado con enfermedades óseas como la osteomalacia en adultos y el raquitismo en niños”, advierte.
“El déficit de vitamina D se ha asociado con mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares”
La vitamina D es clave para mantener una estructura ósea saludable, ayudando al cuerpo a absorber calcio y fósforo, esenciales para la fortaleza de los huesos. Pero más allá de su rol óseo, la especialista comenta que la vitamina D tiene efectos extraóseos que impactan en diversas áreas de la salud: “Su déficit se ha asociado con mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y trastornos autoinmunes, aunque actualmente no existe evidencia suficiente para recomendar suplementos de vitamina D con fines no óseos”.
Para el sistema endocrino y la salud ósea, el funcionamiento adecuado de la vitamina D es esencial, y su déficit podría afectar especialmente a las personas mayores y a las mujeres posmenopáusicas. “Estas personas están en mayor riesgo de sufrir problemas derivados de una carencia de vitamina D, ya que su capacidad de sintetizar la vitamina es limitada”, detalla la Dra. Cortés.
UNA PARADOJA EN UN PAÍS SOLEADO
A pesar de ser un país con abundante sol, en España existen varios factores que limitan la correcta síntesis de vitamina D en la población. “A la aparente paradoja de déficit de vitamina D en España contribuyen varios motivos. Por un lado, hay que entender que la principal fuente de vitamina D es la formación a nivel de la piel por los rayos UVB, pero para que esto ocurra de forma adecuada es importante cómo inciden los rayos solares sobre la piel. Así, en España, que está por encima del paralelo 35, la posibilidad de sintetizar vitamina D es escasa en invierno y primavera. Durante el verano, donde la síntesis de vitamina D es mayor, sobre todo en horas centrales del día, es frecuente (y recomendable) protegerse del sol, tanto con protección solar como evitando directamente el sol en horas centrales del día”, detalla la Dra. Cortés
“En cuanto a la dieta, el aporte de vitamina D es escaso en el país y existen pocos alimentos fortificados con esta vitamina”, añade. La vitamina D obtenida por la alimentación representa solo un 10-20% del total necesario por lo que recomienda “una alimentación variada que incluya alimentos que contengan vitamina D como el salmón, atún, sardinas o caballa en lata, hongos o setas”.
Para la población general, la Dra. Cortés sugiere que una exposición solar de unos 15 minutos diarios durante los meses cálidos, junto con una dieta variada, puede ser suficiente para mantener niveles saludables de vitamina D: “Esto se consigue con un simple paseo al sol”, asegura la doctora. Recuerda que se debe tener en cuenta que las personas mayores tienen limitada la capacidad de sintetizar vitamina D y la exposición solar muchas veces es insuficiente. “Para estas personas, la recomendación general es un suplemento de 800 UI al día para aquellos mayores de 65 años y para personas que viven en residencias”, especifica la Dra. Cortés.
“En cuanto a la dieta, el aporte de vitamina D es escaso en el país y existen pocos alimentos fortificados con esta vitamina”
La obesidad parece estar asociada con niveles bajos de vitamina D, aunque el papel de esta hormona en la adiposidad sigue siendo incierto. La Dra. Cortés aclara que los estudios actuales son "transversales y no establecen causalidad", lo que significa que, aunque se observe una correlación entre mayor índice de grasa corporal y menor nivel de vitamina D, no se ha demostrado que un déficit de vitamina D provoque un aumento en la adiposidad. Además, aún no está claro si la suplementación de vitamina D mejoraría los indicadores de peso o grasa corporal en personas con obesidad.
La forma de vitamina D que se mide comúnmente en los análisis de sangre es la 25-hidroxi-vitamina D, ya que refleja las reservas de la vitamina en el organismo. Según la Dra. Cortés, "en la población general, los niveles considerados normales están entre 25-30 y 50 ng/mL, aunque en personas con riesgo de fracturas o osteoporosis se recomienda mantener niveles de 30 a 50 ng/mL".
El déficit de vitamina D en España es un desafío de salud pública. Los factores de riesgo son conocidos, y la suplementación es recomendable para aquellos que tienen mayor probabilidad de presentar deficiencia. Sin embargo, como explica la experta, en la mayoría de la población sin factores de riesgo específicos, una adecuada exposición solar y una dieta balanceada son medidas generalmente suficientes para mantener niveles óptimos de esta vitamina.