Esta semana la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, ha anunciado que va a crear una oficina de Ciencia y Tecnología en la Cámara Baja con el fin de aproximar los asuntos que rodean a la revolución tecnológica a los políticos. Ya el pasado 17 de mayo, la comisión mixta compuesta por diputados de diferentes grupos parlamentarios del Congreso acordó junto a varios científicos los primeros temas que se van a tratar a través de la iniciativa ‘Ciencia en el Parlamento’. Se trata de un proyecto independiente que tiene como objetivo que el conocimiento científico sea cada vez más importante en la formulación de propuestas políticas.
Para ello, el próximo mes de noviembre se van a celebrar en la Cámara Baja varios coloquios para abordar diferentes asuntos científicos de primer orden. En el apartado sanitario destacan el del envejecimiento y salud haciendo hincapié en la nutrición y las terapias avanzadas; la prevención activa del suicidio y los retos de las enfermedades infecciosas.
“Estos documentos son muy básicos, pero permiten que los diputados confíen en la veracidad de los mismos independientemente de su ideología"
El equipo científico que conforma esta iniciativa trabaja en la preparación de las evidencias científicas sobre estos temas. Con base al funcionamiento de otras oficinas de asesoramiento similares de otros países, sintetizan el conocimiento en un área con información relevante para los políticos. Lo realizan sobre evidencias en las que la gran mayoría de expertos están de acuerdo, con lo que evitan detalles todavía en controversia y sin incluir ninguna recomendación, dejando a un lado potenciales conflictos de interés.
“Estos documentos son muy básicos, pero permiten que los diputados confíen en la veracidad de los mismos independientemente de su ideología. Por supuesto, esta es solo una fuente de información y será decisión de los políticos utilizar dicha información o no”, explican desde la plataforma ‘Ciencia en el Parlamento’.
La iniciativa promueve una cultura política cercana a la ciencia y potenciar una actividad científica centrada en las necesidades de la sociedad. Para lograr este fin, es importante que los responsables políticos y el sector de la ciencia, la tecnología y la innovación en España mantengan contactos regulares que permitan facilitar el empleo de la ciencia de manera efectiva para la toma de decisiones políticas fundamentadas.