De acuerdo con las conclusiones del informe elaborado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, “Científicas en Cifras 2021”, las mujeres alcanzan ya el 41% del personal investigador en España. Una cifra que representa un ligero ascenso desde el 40% registrado en 2015, pero que se sitúa por encima de la media reportada entre los Veintisiete y Reino Unido: 34%.
El objetivo de este informe es identificar y cuantificar brechas de género, avances y retrocesos, que permitan evaluar el impacto de género de las políticas de I+D+I y orientar nuevas actuaciones en favor de la igualdad efectiva en la participación de mujeres y hombres
En los últimos 15 años ha habido una evolución notable de las políticas de igualdad en I+D en España, influida por el impulso normativo que la igualdad de género ha tenido a nivel nacional, especialmente a raíz de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, y también por las directivas, iniciativas y recomendaciones en el marco de la Unión Europea.
Se ha incidido especialmente en la visibilidad de las científicas y sus contribuciones a todas las áreas del conocimiento, en la necesidad de alcanzar una presencia equilibrada de mujeres y hombres en todos los ámbitos y niveles, así como la importancia de evitar sesgos y discriminaciones directas e indirectas y de atender a las necesidades de todas las personas mediante los resultados de la ciencia y la innovación.
Retomando los datos del informe, este señala que la presencia de investigadoras es ya equilibrada en la Administración Pública (52%) y en la Enseñanza Superior (43%), pero no en el sector empresarial (31%).
Se ha producido un aumento de la presencia de mujeres según se avanza en la carrera investigadora en las universidades y Organismos Públicos de Investigación (OPIs). Así, en el grado B –personal postdoctoral senior- ha pasado de un 42% en 2016 al 44% en 2019. Y en el grado A –escalón más alto en la carrera investigadora- las mujeres eran el 24% en 2019 frente al 21% en 2016.
También se aprecia una ligera mejora en la presencia de mujeres en los puestos de toma de decisiones. Así, en 2020, en órganos unipersonales hay un 23% de mujeres en puestos de rector/a y un 50% de mujeres al frente de un OPI, respecto a porcentajes de 22% y 38% respectivamente en 2018. Además se mantiene el equilibrio de género alcanzado en el nivel de vicerrectoras de universidades (42% en 2020 y 41% en 2018).
“Este progreso, lento pero estable, es reflejo del impacto positivo de las políticas estatales en igualdad en género, especialmente en I+D+I en España, y de los planes y medidas en igualdad impulsados en universidades, OPIs y agencias de financiación”, destaca el informe en su conclusiones.
En 2020, en órganos unipersonales hay un 23% de mujeres en puestos de rector/a y un 50% de mujeres al frente de un OPI, respecto a porcentajes de 22% y 38% respectivamente en 2018
A pesar de los avances que se han comentado, todavía encontramos en nuestro país brechas de género que persisten, como las que se indican a continuación:
- Una menor presencia de estudiantes e investigadoras en áreas STEM (acrónimo de Science, Technology, Engineering and Mathematics), descenso especialmente preocupante en ingenierías y tecnología
Mientras que las mujeres representan más de la mitad del alumnado matriculado en estudios de grado, continúan estando especialmente infrarrepresentadas en estudios de grado en áreas como ingeniería y arquitectura (25%).
Es especialmente preocupante el descenso paulatino en la proporción de investigadoras del sector de la Enseñanza Superior que trabajan en el área de ingeniería y tecnología: en 2019, solo el 12% de las investigadoras trabaja en esta área, porcentaje que ha retrocedido casi siete puntos desde 2015.
- A pesar del incremento de mujeres en ciencia, no todas continúan en la carrera investigadora y tampoco progresan a igual ritmo que sus compañeros
A pesar del ligero progreso antes mencionado, todavía se constata la pérdida de mujeres según se progresa en las etapas de la carrera investigadora. La proporción de mujeres desciende tanto en universidades como en OPIs en los grados B y, especialmente, A.
Además, los datos de personal de universidad y de OPIs muestran que el denominado “efecto de tijera” se produce en muchas de las áreas científico-tecnológicas, pero la infrarrepresentación de mujeres en el caso de ingenierías y tecnología, por ejemplo, constata en su caso un “efecto pinza” en la forma de los gráficos de distribución de las investigadoras en estos campos de conocimiento según avanzan en la carrera investigadora.
El análisis de estos datos en los últimos años permite afirmar que acabar con la pérdida de talento femenino en el sistema de ciencia (la “cañería que gotea”) está lejos de ser una cuestión de tiempo.
En 2019, el 96% de las universidades públicas, el 73% de las privadas y el 63% de los OPIs tenían implantados protocolos para la prevención y protección frente al acoso sexual y acoso por razón de sexo
Y es que, aunque las mujeres jóvenes en España se incorporan cada vez más a la ciencia (59% del personal investigador menor de 35 años en la Administración Pública), abandonan la carrera científica en proporciones mayores que ellos, especialmente en las áreas STEM.
- Existe brecha de género en las solicitudes de sexenios que evalúan y reconocen la actividad investigadora del personal docente e investigador donde hay, además, tasas de éxitos inferiores para las mujeres en diversas áreas, o incluso en todas, como es el caso del sexenio de transferencia
- Las mujeres no participan de forma plena e igualitaria en la toma de decisiones en el sistema de ciencia
Los techos de cristal que impiden que las mujeres alcancen los puestos de máximo poder en órganos unipersonales y colegiados del sistema de ciencia y también en el ámbito universitario son todavía una realidad difícil de erradicar.
- Aunque la proporción de investigadoras solicitantes en convocatorias de proyectos de I+D va en aumento, ellas tienen menores tasas de éxito y reciben proporcionalmente menos financiación que sus homólogos.
- La integración de la dimensión de género en el contenido de los proyectos de I+D, clave para una mayor calidad en la investigación, es una realidad cada vez más extendida, aunque todavía insuficiente.
- Existe una preocupante menor tasa de éxito de las solicitudes de proyectos de I+D de estudios feministas, de las mujeres y de género respecto de los proyectos de ciencias sociales, área a la que pertenece este ámbito de conocimiento en las convocatorias de proyectos.
- No todos los OPIs ni universidades tienen planes de igualdad de género en vigor y muy pocos realizan un seguimiento de la implementación y nivel de eficacia de los mismos.
- Las unidades o comisiones de igualdad son clave para el impulso y seguimiento de avances reales en igualdad en la I+D y sin embargo, todavía no son una realidad en todas las universidades y especialmente, en los OPIs.
- El acoso sexual y acoso por razón de sexo son una lacra social que todavía persiste en entornos de universidades y OPIs y, sin embargo, no todos estos centros cuentan con protocolos específicos de actuación.
Se ha identificado a través de los datos recabados y analizados que, en 2019, el 96% de las universidades públicas, el 73% de las privadas y el 63% de los OPIs tenían implantados protocolos para la prevención y protección frente al acoso sexual y acoso por razón de sexo.