Consumir vino tinto en cantidades moderadas es una de las recomendaciones más antiguas en lo que a salud cardiovascular se refiere. Pero, una investigación de la Universidad de Harvard desmiente que sea el tipo de alcohol más beneficioso.
Muchos estudios sugieren que el consumo de vino tinto junto a una comida tiene más beneficios cardiovasculares que otras bebidas alcohólicas como la cerveza. Es más, investigadores anteriores confirman que la prevalencia de enfermedades coronarias en países bebedores de vino es mucho menor que en territorios donde predomina el consumo de cerveza o licor.
No obstante, un estudio de la Universidad de Harvard sostiene que no hay ningún estudio epidemiológico que confirme de manera sólida la efectividad del vino a la hora de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Aunque la prestigiosa universidad confiesa la existencia de algunas evidencias de que el consumo moderado de vino tinto y cerveza puede reducir ciertos riesgos para la salud.
VINO TINTO
Entre los múltiples compuestos del vino tinto, su alcohol contribuye a la relajación de las paredes de los vasos sanguíneos, además de prevenir la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad, es decir, el colesterol “malo” o LDL. Esto se traduce en una alternativa para frenar la formación de la placa llena de colesterol perjudicial.
El vino tinto tiene hasta diez veces más de polifenoles que el blanco
Además, es rico en polifenoles, unas sustancias antiinflamatorias y antioxidantes que se relacionan con mejoras del sistema circulatorio y neurológico. Su cantidad es moderada y algunos alimentos vegetales como los frutos rojos, té verde, chocolate negro, manzanas o cebollas son más ricos en esta sustancia.
El vino blanco también tiene un alto contenido en polifenoles, aunque el tinto contiene hasta diez veces más. Sin embargo, no existe la suficiente evidencia para recomendar su consumo habitual.
CERVEZA
Por otro lado, la cerveza también cuenta con compuestos fenólicos similares a los del vino tinto, aunque en cantidades más bajas. Son la quercetina, epicatequinas y ácido gálico. Entre un 70 y 80% de los polifenoles de la cerveza provienen de la malta de cebada, mientras que alrededor de otro 20 y 30% viene del lúpulo. Sin embargo, los investigadores hallaron que los beneficios del alcohol pueden tener su origen en el etanol.
¿EL ALCOHOL PREVIENE DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES?
Harvard destaca la importancia del patrón de consumo, es uno de los factores que más influyen. Por ejemplo, algunas de las poblaciones estudiadas que consumen cantidades iguales que sean ligeras o moderadas se relacionan con la reducción del riesgo coronario y diabetes. Por tanto, el impacto del alcohol es mayor que el de sus compuestos específicos en cada tipo de bebida.
De esta manera, desde la Asociación Americana del Corazón concluyen que el consumo de una o dos tazas al día para los hombres y una para las mujeres está asociado con una reducción del riesgo cardiovascular, pero no hay ninguna evidencia que posicione al vino como el más beneficioso entre todas las bebidas alcohólicas.