Se estima que solo un tercio del personal investigador en la Unión Europea son mujeres. Así se ha puesto de manifiesto a través del informe "She Figures 2021". ¿Cómo es posible esta situación si el 54% de los matriculados en grados y posgrados y hasta el 59% de os titulados en Europa son mujeres? La igualdad entre los hombres y mujeres es uno de los valores fundamentales de la Unión Europea, pero todavía queda un largo camino por recorrer.
La reducida representación de las mujeres en campos como la ciencia y la tecnología es una tendencia cada vez más preocupante. De acuerdo con los datos recogidos en el referido informe se observa que los cambios estructurales inducidos por la tecnología en el mercado laboral podrían contribuir a las crecientes desigualdades. A pesar de los esfuerzos que se están realizando para aumentar las cotas de participación de las mujeres en la ciencia y la tecnología, el WiD Scoreboard 2020 muestra que las mujeres en la Unión Europea tienen menos probabilidades de trabajar en campos especializados de STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) y Tecnologías de la Información.
Dada la importancia estratégica que la industria de la tecnología está alcanzando en la Unión Europea es necesario realizar un mayor esfuerzo para aumentar la participación de las mujeres en este campo.
A pesar de las prioridades establecidas para fomentar el crecimiento en ciencia y tecnología, los datos a nivel europeo indican que la proporción de mujeres y hombres en la fuerza laboral empleada como científicos e ingenieros ha cambiado poco desde 2017. En la mayoría de países existe una mayor proporción de hombres empleados como científicos e ingenieros en comparación con las mujeres.
En 2018 las mujeres representaban menos de la cuarta parte de la población que trabajaba por cuenta propia en los campos de la ciencia, la ingeniería y las tecnologías de la comunicación. A nivel europeo, las diferencias de género persisten en las tasas de desempleo entre mujeres y hombres con educación terciaria (3,5% de las mujeres desempleadas frente al 2,6% de los hombres). Por lo tanto, es importante garantizar que la educación de los hombres y de las mujeres ofrece todo su potencial en el mercado laboral.
La mayor diferencia entre la proporción de mujeres y hombres científicos e ingenieros en la fuerza laboral se observó en Luxemburgo (7,7% hombres, 3% mujeres) y Finlandia (8,4% hombres, 3,8% mujeres)
En todos los sectores, las mujeres estaban menos representadas como investigadoras en I+D a nivel europeo (60,4% de las mujeres frente al 65,7% de los hombres. Entre 2015 y 2019, el número de mujeres creció, de media, a una tasa anual más rápida que la cifra reportada por los hombres en todas las categorías de empleo. Hecho que sugiere que se están produciendo algunos cambios positivos en la Unión Europea hacia un aumento de la representación de las mujeres, así como del aprovechamiento total en el mercado laboral de todos los esfuerzos realizados a nivel educativo.
La brecha de género en las ocupaciones de ciencia e ingeniería continúa siendo importante tanto a nivel europeo como nacional. A nivel europeo, la diferencia entre la proporción de mujeres y hombres en la fuerza laboral de los campos de la ciencia y de la ingeniería fue de 3,1% en el caso de las mujeres y de 4,4% en el caso de los hombres.
Los datos de 2019 indican que el 3,3% de las mujeres trabajaban como científicas e ingenieras en comparación al 4,8% de los hombres (datos de los Veintisiete más Reino Unido). Si bien la proporción de mujeres empleadas como científicas e ingenieras aumentó ligeramente a nivel de europeo, persiste una brecha de género similar.
A nivel de país, solo cuatro Estados miembros de Veintisiete y países asociados (Dinamarca, Letonia, Lituania y Noruega) tenían una mayor proporción de mujeres científicas e ingenieras en la fuerza laboral en comparación con los hombres. La mayor diferencia entre la proporción de mujeres y hombres científicos e ingenieros en la fuerza laboral se observó en Luxemburgo (7,7% hombres, 3% mujeres) y Finlandia (8,4% hombres, 3,8% mujeres).
Por otro lado, la mayor diferencia entre la proporción de mujeres y hombres, en beneficio de las primeras se observó en Noruega (7,1% mujeres y 5,8% hombres) y Dinamarca (6,2% mujeres y 5,7% hombres). Noruega tenía la mayor proporción de mujeres científicas e ingenieras entre la fuerza de trabajo total.
"Si realmente quiere mejorarse la situación, es necesario invertir más recursos, en especial en los países donde más se necesita, que son, básicamente, los del este de Europa. En política, hay una gran resistencia al cambio en temas de igualdad de género y no se destinan los suficientes recursos para avanzar en este ámbito. Ni siquiera se puede poner encima de la mesa el problema de la igualdad de género", expone Jörg Müller, perteneciente al grupo Género y TIC (GenTIC) del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la Universidad Oberta de Catalunya y autor del estudio Casper (Certification-Award Systems to Promote Gender Equality in Research), dentro del programa marco europeo de investigación, desarrollo e Innovación (I+D+i) Horizonte 2020.